Paco Cabanes, Genovés, cobró en el año 1995 un millón de las antiguas pesetas por ser campeón individual en la mítica partida contra Álvaro. Premio que se sumaba a las 150.000 pesetas de jornal. ¿Era una cantidad justa? Seguramente podría haber mejorado pero desde luego era muchísimo más de lo que cobrará Puchol II, veintiún años después, tras vencer el pasado domingo en Pelayo. De momento tiene prometido un premio especial de 3.500 euros. Menos de la mitad de lo que aquella final otorgaba al campeón.
Con la creación de la empresa Val Net, los pelotaris tendrían un sueldo asegurado a final de mes, unos preparadores físicos y una agenda profesionalmente concebida y ejecutada, además de una cobertura mediática desde los servicios de prensa de la propia empresa. Se contaba con el apoyo institucional que abarcaba la Generalitat Valenciana, las diputaciones provinciales y la apuesta de la RTVV, además de un buen número de ayuntamientos que se sumaban al proyecto. Todas las semanas se televisaba una partida.
La idea copiaba la estructura de las dos grandes empresas de pelota vasca. Mientras en el País Vasco, la ETB pagaba por derechos de transmisión, no menos de seis mil euros por partida, la TVV sólo se comprometía a cubrir los gastos de producción. La publicidad podría ser gestionada por Val Net. Apenas hubo ingresos privados.
Val Net, a fecha de hoy, tras el rescate por el mecenas José Luis López, ha pasado a ser mera gestora de las agendas. Sus fundadores han pasado a ser trabajadores a sueldo de un pot, expresión que utilizan para visualizar la caja del mundo profesional, donde se recogen los ingresos diversos. Los 22 pelotaris de Escala i Corda y de Raspall están en nóminas „ diversas„ de la Federació, que se cubren gracias a una póliza de crédito avalada, también, por José Luis López. A estas alturas del año la FPV no ha cobrado los 125.000 euros de la conselleria prometidos para el mundo profesional, ni los 200.000 euros prometidos por la Diputación. Sólo los 39.000 del Ayuntamiento de Valencia. El Trofeo Corts Valencianes, del que se cobraron el pasado año 35.000 euros, ha caído en el olvido. «És lo que n´hi ha», se lamentan unos y otros. No es de extrañar que un campeón como Soro se preguntara siendo campeón, si realmente valía la pena tanto sacrificio.
