En mi pueblo cuando nos referimos a alguien como un chichiribiqui damos a entender a la generalidad de los presentes que en nuestra opinión el aludido es un piernas, un pajarito, alguien sin criterio, sin opinión, un veleta, ya saben ustedes a qué me refiero, uno de esos que hoy te dicen blanco y mañana negro, que donde dije digo digo Diego, un que si te he visto no me acuerdo, en definitiva, alguien de quien nadie sensato se fiaría absolutamente para nada.

Les digo todo esto a cuenta de la pirueta, bueno, más que pirueta, del volantín que nos ha pegado el señor Pla en el tema del Estatuto. Miren sino: los socialistas, con el bueno de Joan Ignasi a la cabeza, pactan un Estatuto para la Comunidad Valenciana con el Partido Popular, ese acuerdo es refrendado en las Cortes Valencianas en una sesión histórica donde recibe el apoyo de la práctica totalidad de los representantes de nuestro pueblo, el consenso alcanzado se prolonga naturalmente en el trámite de ponencia en el seno del Congreso de los Diputados, y a estas alturas del lance el secretario general de los socialistas valencianos nos sale con que de lo dicho nada. ¿Es o no es un chichiribiqui?

Con todo y con eso, no puedo evitar la sospecha de que detrás de este salto mortal con tirabuzón hay algo más que la falta de fiabilidad, el poco respeto por la palabra dada o la inconsistencia personal del señor Pla. Si analizan el trasfondo político de la decisión de los socialistas valencianos probablemente lleguen a la misma conclusión que yo, veamos: ¿quién es el inmediato beneficiario de la rebaja del 5 al 3%? Evidentemente el Bloc. Y ¿quién paga las cuentas del Bloc en la Comunidad Valenciana? Como es bien sabido, su casa madre, es decir, Convergencia y Unió; por otro lado ¿cuál ha sido la política de CiU en relación con el idioma valenciano? Su desaparición: Curiosamente, la segunda de las oportunas reivindicaciones con las que de repente se ha descolgado el señor Pla para tratar de desvincularse de la palabra dada en relación con el Estatuto. En definitiva, podemos concluir que los valencianos nos enfrentamos a una crisis institucional sin precedentes porque el señor Zapatero nos ha vendido, lisa y llanamente, al señor Artur Mas que, entre otras condiciones, ha exigido la rebaja del listón electoral al 3% y la desaparición de las referencias al idioma valenciano en nuestro Estatuto como parte del precio que los socialistas tenían que pagar para lograr un acuerdo con CiU y aprobar así el Estatuto de Cataluña. Y Pla nos ha vuelto a dar la espalda, el muy... chichiribiqui.