Al mismo tiempo que se desarrollan las fastuosas y atronadoras fiestas de las fallas, dedicadas al patriarca San José, al ruido y diversión del pueblo, se llevan a cabo las celebraciones cuaresmales con los desfiles procesionales de la pasión y muerte de Jesucristo. Conmemoraciones que en Alzira son de un excepcional realce y dignas de ser comentadas.

Aunque hoy, 18 de marzo, en plena fiesta fallera, la procesión que se celebra siempre en este día, que coincide con el Viernes de Dolores, alcanzará su máxima expresión en el denominado Encuentro, la coincidencia de fechas impone un cambio de ubicación, puesto que al mismo tiempo en que surge el desfile procesional se celebra la ofrenda de flores a la Virgen de Lluch y San José. Por este motivo, de manera extraordinaria, el templete dedicado a la patrona estará ubicado el centro de la plaza Mayor, por lo que el Encuentro se desplazará a la esquina donde confluyen las avenidas de los Santos Patronos y Sucro.

Comienzan estas conmemoraciones en nuestra ciudad con la procesión que los ya entrados en edad denominamos del Encuentro, que llevan a cabo las cofradías del Devallament de la Creu y la Reial Confraria de la Verge dels Dolors, justo en la noche del viernes de Pasión. Este desfile procesional es la manifestación religiosa que se realiza todos los años como pórtico a las que en cadena desfilarán por las calles de Alzira casi todos los días de la inminente Semana Santa. La que nosotros conocemos como procesión del Encuentro también es conocida por los jóvenes como la «de les miradetes», puesto que la tradición marca que una mirada que se cruzara entre dos jóvenes de ambos sexos en el preciso momento del Encuentro, o salutación de las dos cofradías en el centro de la plaza Mayor, era signo inequívoco de que se encontraba pareja para la pascua.

Las cofradías o asociaciones religiosas que protagonizan la procesión referida fueron fundadas en el siglo XV, estableciéndose en la parroquia de San Agustín, que dependía del convento del mismo nombre. Los monjes agustinos, juntamente con los devotos y cofrades desfilaban por la vía pública en la noche del viernes de Pasión, para rezar el Vía Crucis, simbolizando al cruzarse la escena del encuentro con su madre en la calle de la Amargura, cuando Jesucristo se dirigía al calvario.

Los cofrades de ambos pasos, salían de la iglesia de San Agustín por la puerta principal, a las diez de la noche. Las banderas de las dos vocaciones marchaban delante, seguidas de los devotos con blandones encendidos. Los penitentes el Devallament se dirigían por la izquierda de la plaza -entonces de San Agustín- y los de la Virgen de los Dolores por la derecha, dando la vuelta mientras rezaban el Vía Crucis. Las estaciones se cantaban por motetes hasta llega el momento del encuentro de las dos andas.

Toda este ceremonial se vino celebrando hasta la exclaustración de Mendizábal, en 1835, que conllevó la desaparición del convento y la desorganización de ambas cofradías, hasta que pasado algún tiempo, en el último cuarto del siglo XIX, fueron reorganizadas por los Padres Escolapios, que llegaron a Alzira en 1883 y se hicieron cargo del antiguo convento de San Agustín y al unísono de las escuelas calasancias, retornando a las celebraciones de antaño, pero estableciéndose la cofradía del Devallament en la iglesia de San Agustín y la de la Virgen de los Dolores en la de San Juan Bautista. En la actualidad, la Virgen de los Dolores sigue establecida en la parroquia de San Juan y el Devallament en La Encarnación, ya que es sabido que San Agustín desapareció al ser incendiada el 19 de marzo de 1936, cuando se oficiaba la misa de las 11 de la mañana.

En 2007, el Encuentro se celebró en el centro la plaza Mayor, donde se halla el columnario. En la parte donde acontece tradicionalmente este acto estaba instalada la Banda de la Sociedad Musical de Alzira, dirigida por Ángel Crespo, que con la colaboración de los tenores de la Ribera interpretaron motetes. Como se puede ver en la foto, la plaza se llenó para presenciar el Encuentro.