A pesar de lo que pueden pensar algunos vecinos y vecinas, el coste de la limpieza anual de las calles de las ciudades asciende a cientos de miles de euros todos los años. Es por ello que los ayuntamientos se obstinan en abrir campañas de concienciación para que los habitantes respeten la limpieza de los viales públicos. Alzira protagonizó hace algunos años una iniciativa en la que indicaba del coste de la limpieza, de la tala de árboles o de la pintura de los bancos de los parques. En general, del mantenimiento del espacio público en un estado decente. Muchos se sorprendieron. Otros aprendieron. Lo intenta también el consistorio de Carcaixent. En 2015 el ayuntamiento gastó 185.000 euros en limpiar las calles y casi 60.000 en recoger cartón y muebles u otros desperdicios. En total 240.000 euros a los que habría que añadir los gastos de limpieza extraordinarias que se realizan en fiestas o fallas.

Una de las primeras actuaciones ha sido la emisión de un bando en el que se hace referencia a la obligación que tienen los propietarios de recoger los excrementos de sus animales y depositarlos en un lugar donde puedan ser retirados por los servicios de limpieza municipal .

En cuanto a la retirada de basura, se recuerda que se deben depositar las bolsas de basura dentro del contenedor específico, e igualmente con respecto al plástico, vidrio o papel, respetando siempre los días de recogida selectiva. Para la retirada de otro tipo de desechos se puede hacer uso del ecoparque o avisar por teléfono para que los servicios municipales pasan a recoger los muebles.

Paralelamente, en los próximos días la Policía Local va a intensificar la vigilancia en la calle para informar a la ciudadanía de las buenas prácticas sobre la conducta y hábitos de animales y propietarios, y en relación a la gestión de la basura de las casas e inmuebles. Como se anuncia en el bando, en el caso de que se observen prácticas contrarias a lo que figura en las ordenanzas municipales se aplicarán las sanciones correspondientes.

«Creo que a algunos se les olvida que la calle es un espacio compartido y sus conductas resultan, más que incívicas, molestas y antihigiénicas. En el bando no se pide nada extraordinario, simplemente cumplir con las días y horas de recogida, no dejar las bolsas fuera del contenedor y limpiar los excrementos de la vía pública de los animales domésticos. Si todos seguiremos esas tres pautas básicas, la percepción que tendríamos de Carcaixent cambiaría sustancialmente», explicó el alcalde, Paco Salom.