El caso de la familia de Sueca que se ha visto obligada a devolver al hijo que tenía en preadopción a su madre biológica por una sentencia de la Audiencia Provincial de Oviedo se ha vivido con especial sensibilidad en el domicilio del barrio de les Barraques de Alzira donde, hasta el pasado 29 de febrero, vivía el pequeño Rafa. La familia Madrid-García, tíos abuelos del niño, se vio obligada a entregarlo ese día a técnicos del departamento del Menor de la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas y ya no han vuelto a saber nada de él. «Me he visto identificada con la familia de adopción, pero también con la madre biológica por el sufrimiento humano. Lo están pasando mal todos, pero sobre todo el niño. La Administración está haciendo daño a todo el mundo en los dos casos», señaló Pura García, que ha interpuesto una demanda contra la resolución de la conselleria por la que se le retiró el acogimiento del pequeño.
El caso de Rafa, que ha movilizado en varias ocasiones a los vecinos de les Barraques para reclamar su regreso con su familia de acogida, y el de Joan o Juan Francisco, el niño que residía desde los 18 meses con una familia de Sueca en régimen de preadopción -cuenta ahora con cuatro años-, son técnicamente diferentes. En éste, es la madre biológica la que reclamaba recuperar al niño mientras que en el de Alzira son los tíos abuelos los que pleitean por el menor y, por otra parte, con anterioridad no habían solicitado una adopción de este hijo de una sobrina que presenta una discapacidad leve y que llegó a renunciar al pequeño. Pura García, no obstante, no tira la toalla.
La interposición de la demanda contra la resolución de la conselleria que puso fin a la fase de acogimiento de Rafa para dar al niño en preadopción a otra familia le ha permitido acceder a los informes que motivaron esa decisión y se ha sentido, si cabe, más herida.
«Me han pisoteado»
«No voy a parar en los tribunales, en esos informes me han pisoteado, han atacado mi dignidad y eso no me lo toca nadie», comentó, mientras incidía en su disposición de «luchar hasta el final por mis derechos de tía y madrina porque no se trata de un niño descuidado», comentó sin entrar a explicar el contenido de esos informes, aunque dejó claro que no culpaba a la conselleria de esa decisión «si no a la asistenta social de Alzira».
La familia Madrid García ha formalizado su demanda y trata ahora de rebatir los argumentos que dieron pie a la resolución que les obligó a devolver el niño al departamento de Menores. Tanto el abogado que les representa como el fiscal, a la vista de la demanda, han solicitado que un equipo de psicólogos adscritos a los juzgados de familia realicen una pericial psicosocial para comprobar si la familia alcireña puede mantener el acogimiento. Cuando se realicen estos informes, se deberá señalar el juicio.
Firmas y entrevista con Oltra
En paralelo al procedimiento judicial, Pura García mantiene sus gestiones y, según explicó a Levante-EMV, está a la espera de poder entrevistarse con la consellera de Igualdad, Mónica Oltra. La tía del pequeño Rafa, que en mayo cumplió dos años, señaló que tras exponer su caso en una asamblea ciudadana celebrada en el ayuntamiento, el alcalde se ofreció a concertar esa cita que todavía no tiene fecha.
Pura García comentó que en breve también tiene previsto entregar las cerca de 5.000 firmas recogidas que respaldan la demanda de que el niño regrese al domicilio de sus tíos en Alzira.
Esta alcireña dijo que no ha tenido ninguna noticia del menor en los casi siete meses transcurridos desde que lo entregara a la Administración y recordó que la conselleria ha denegado en dos ocasiones las visitas de la familia al considerar, como ya informó Levante-EMV, que «no existe pronóstico de reunificación familiar».
«Al principio me cogió en un momento muy sensible, pero ahora me veo con fuerzas para luchar», señaló Pura García, mientras reiteraba su voluntad de pelear hasta donde haga falta para conseguir que el pequeño Rafa vuelva con ellos.
