La muerte asusta. Un grupo de vecinas y vecinos de Càrcer ha iniciado una recogida de firmas para intentar detener la apertura de un tanatorio dentro del casco urbano, exactamente en la Plaza de España, más conocida popularmente como la Plaça de les Malvines. Los primeros contactos del empresario del sector con los dos ayuntamientos implicados (la plaza se sitúa justo en la frontera que separa Alcàntera de Xúquer de Càrcer) y con varios administradores de fincas han levantado la alarma entre los habitantes de la zona, que consideran que no es adecuado situar un tanatorio justo debajo de viviendas y delante de un parque muy transitado por niños durante todas las tardes.

Los dos alcaldes negaron ayer que exista ningún acuerdo definitivo para el establecimiento del velatorio, ni en Alcàntera de Xúquer ni en Càrcer. Tanto el alcantarero Julio García como el carcelino Pepe Botella aseguraron a Levante-EMV que habían existido contactos con el empresario pero que nunca llegó a concretarse nada. «Legalmente nos consta que pueden montarlo pero tenemos constancia que sólo en la Comunitat Valenciana se permite poner un tanatorio dentro de un pueblo. En el resto de comunidades autónomas siempre están alejados del casco urbano. Principalmente ha creado malestar la iniciativa porque «devalúa las viviendas que se sitúan justo encima del tanatorio y porque es una zona por la que van muchos niños todas las tardes». «No queremos que se convierta en una zona concurrida por gente que acaba de morir. ¿Quién puede querer un tanatorio debajo de casa?», adujo ayer una de las afectadas. La recogida de firmas ha conseguido movilizar a buena parte de los vecinos de la zona y los responsables tienen intención de entregar una primera muestra en la casa consistorial de Càrcer en breve.

«No podemos oponernos»

El alcalde de Càrcer, Pepe Botella, dijo ayer que sólo ha existido una muestra de interés por parte de la empresa pero ninguna petición oficial en el ayuntamiento. Sí aceptó que en caso de instalarse, no sería en la Plaza de España (cuyos bajos comerciales pertenecen al término de Alcàntera de Xúquer) sino en otra zona de la localidad. «En el ayuntamiento no podemos oponernos mientras el empresario cumpla la normativa y pague sus impuestos. No se trata de una central nuclear, es un tanatorio y ofrecería un servicio más al pueblo, a los vecinos. Podrían asistir caminando a despedir a sus fallecidos. Es una actividad económica que no contamina ni hace ruido y puede crear empleos. El empresario está en su derecho si cumple la reglamentación», dijo Botella.