El alcalde de Cullera, Jordi Mayor, acepta que en los barrios más antiguos, «ante la escasez de vehículos que circulan por calles tan estrechas, sea muy habitual que la gente no utilice unas aceras tan pequeñas», por lo que es posible que se siente sobre la calzada. Pero también admite el edil que es curioso «que los enfrentamientos llegaran por la misma persona y en el mismo punto, por lo que se hacía urgente y necesario dotar a los agentes de una herramienta que les permitiese actuar en base a una ordenanza municipal a la hora de realizar su trabajo».

Los peatones podrán circular por la calzada, siempre que adopten las debidas precauciones y no produzcan peligro o perturbación grave a la circulación. En el casco antiguo, la estrechez de vías permite dichas medidas especiales. j. g. alzira