«Todos cambiamos el mundo día a día de alguna manera», afirmó el jueves el profesor y divulgador científico del CSIC Pedro Gómez-Romero -autor de la obra «Creadores de futuro», que fue galardonada con el premio de Divulgación Científica Estudi General y publicada en la colección «Sin Fronteras» de la editorial Bromera- en la última conferencia de los Premios Ciutat de Alzira.
Romero conversó con la periodista Reyes Juan sobre la idea central de su libro: el hecho que en la historia de la ciencia encontramos muchos episodios en los cuales en el origen del progreso científico interviene un punto de azar combinado con sagacidad científica. Es la constatación de los múltiples caminos entre la ciencia, la técnica y la tecnología y del inconmensurable efecto que estos descubrimientos tienen en nuestra sociedad. Para Romero, «los creadores de ciencia son, también, creadores de futuro».
Durante la charla se mencionaron nombres como Alessandro Cerca o J.J. Thompson, científicos que consiguieron grandes avances para nuestra sociedad casi sin pretenderlo inicialmente. Volta, por ejemplo, no pretendía crear inicialmente la pila que después tantos beneficios ha reportado, sino que quería, en realidad, demostrar que el científico Galvani estaba equivocado en sus estudios sobre electricidad animal.
Pedro Romero-Gómez también hizo referencia a la relación entre el azar y la necesidad. Darwin, citó el investigador, «pudo desarrollar la teoría de la evolución porque embarcó en el Beagle pero puede ser hubiera sido diferente si no hubiera hecho este viaje tan trascendental». Pero aparte del elemento de azar, interviene también la necesidad porque, afirmó, «cuando una sociedad está madura para un descubrimiento, tarde u hora alguien lo sacará a la luz».
«Nosotros tenemos el poder»
Gómez-Romero y Reyes Juan también hicieron referencia a la relación entre ciencia y política. El divulgador fue tajante: «Hay que luchar contra la gestión que se hace del conocimiento. Nosotros tenemos el poder de decidir cómo queremos que nuestro dinero se invierta, nosotros tenemos la voz y el voto para decidir». En este sentido, defendió que «la ciencia no se puede entender y planificar como si se construyera un edificio (tal y como tiene que hacer la tecnología), sino como lo hace un labriego que prepara la tierra con cuidado y de manera generosa y, al azar, siembra sin juzgar quién lo hace bien y quién lo hace mal, y sin conocer con certeza donde recogerá los frutos».
En la conversación se mencionaron otros temas como los Premios Nobel y la controversia que comportan, los nuevos descubrimientos que están para venir o el hecho que los maestros y los padres son creadores de creadores de futuro. En definitiva, una charla interesante y amena que puso el punto y final al programa de los premios literarios alcireños.
