Era cuestión de tiempo. El supuesto fin de la batalla por el nombre que se vivió en la (oficialmente) Villanueva de Castellón no dejó satisfecha a buena parte de la población, que prácticamente nunca (a excepción de cuando ha estado obligada) ha utilizado el término. Con la vuelta de las fuerzas progresistas al ayuntamiento se preveía que se reanimara la problemática y el equipo de gobierno formado por el tripartito de Compromís (que ostenta la alcaldía), PSPV-PSOE y EU empezó por usar en los comunicados públicos y en los carteles institucionales el topónimo «Poble de Castelló».

Sin embargo, el alcalde castellonense, Óscar Noguera, dio un paso más hace unos días, durante la ceremonia de clausura de la Assemblea d'Història de la Ribera celebrada en la vecina la Pobla Llarga. El primer edil anunció que el equipo de gobierno quiere ofrecer la posibilidad de que la localidad se denominase simplemente «Castelló», un nuevo topónimo de consenso que pueda gustar a las dos partes.

Lo cierto es que es uno de los topónimos más utilizados por los vecinos, que rehuyen el nombre largo de Villanueva de Castellón y hacen servir Castelló tanto en instancia coloquiales como formales. Noguera, en la Pobla Llarga, dijo que el anterior equipo de gobierno que comando Salvador Álvarez no quiso albergar la asamblea de historia comarcal porque preveía que se presentasen un buen número de ponencias sobre la toponimia. En Villanueva de Castellón existe un nutrido grupo de historiadores que ha realizado un magnífico trabajo en los últimos años en la recuperación de la historia local y que, mayoritariamente, son defensores del término «Castelló de la Ribera». Sin embargo, el ejecutivo de Noguera no quiere imponer dicha denominación y están planteando la posibilidad de abrir de nuevo el melón de la polémica toponímica pero sólo si responde a un interés de consenso que guste a la amplia mayoría de la población y acabe con el histórico problema.

Emili Casanova, presidente de la sección de onomástica y toponimia de la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL), sugirió el año pasado una nueva vía para la resolución del conflicto. Propuso conservar el término «Castelló» y sobre esa base acompañarlo con un nuevo calificativo. Sus dos apuestas serían «Castelló del Xúquer» y «Castelló de l'Escalona». El responsable de toponimia de la AVL opinó que tanto Villanueva de Castellón como Castelló de la Ribera están desgastados. En la página web de la AVL se decantaron desde el principio por la valencianización del nombre, es decir, «Vilanova de Castelló».