El PSPV-PSOE de la Ribera Alta denunció ayer que la directora de Alta Inspección de la Generalitat Valenciana, Isabel González; la directora de Salud Pública, Maite Cardona; el comisionado de la Ribera, Antonio Enguix; y el alcalde de Alberic, Toño Carratalá, fueron obligados a identificarse y a ponerse un distintivo visible en su visita rutinaria a los consultorios de la zona básica alberiquense, es decir los que comprenden Massalavés, Benimuslem, Alberic, Antella, Gavarda y Tous. La agrupación socialista considera «vergonzosa» la actuación del coordinador médico de Alberic, nombrado por Ribera Salud, y denuncia que estuvo fuera «de toda norma de comportamiento y de relaciones entre la empresa concesionaria y la conselleria». La mercantil que gestiona el Hospital de la Ribera replicó ayer las críticas socialistas y alegó que las más elementales «normas de cortesía pasan por anunciar a la dirección del departamento sanitario de la Ribera (que no es el comisionado) que se va a hacer una visita a alguna de las instalaciones». También destacó que cualquier visita a un centro público debe identificarse y subrayó que la propia directora de Alta Inspección «debería estar contenta de ver cómo se cumplen normas elementales de seguridad para evitar que personas no identificadas paseen por el centro sin ser ni pacientes ni acompañantes de los mismos».

La secretaria de Sanidad del PSPV-PSOE en la Ribera, M.ª José Dasca, interpreta que el coordinador médico hizo uso de unas «formas inusuales para conminar a la directora y sus acompañantes a identificarse para circular por el centro de salud que es propiedad de la conselleria y poder hablar con los trabajadores». Dasca recuerda que el centro se gestiona de forma delegada pero es público y que la máxima autoridad es la consellera de Sanidad y en este caso la persona en que delegó. Fuentes del hospital adujeron ayer que nadie puede dar por supuesto que la directora o sus acompañantes «son conocidos y aunque así sea, lo normal es identificarse. Perfectamente podrían traer su identificación oficial de la conselleria. No habría ningún problema». Además añadieron que cualquier «programa de calidad («Joint Commision») valora el hecho de que se tenga un control de visitas y una identificación positiva de la persona que visita. Cualquiera de los trabajadores de Ribera Salud cuando van a Torrevieja o Vinalopó se ponen una identificación para moverse por allí».

Sin embargo, los socialistas lo consideran una muestra más «de las salidas de tono de Ribera Salud en su ansia por suplantar a la conselleria en la prestación de servicios sanitarios, enmarcado en la obstacularización permanente de cualquier acto de la conselleria». El PSPV arguye que la empresa actúa de «forma despótica incluso enfrentándose a la conselleria de malas formas» por lo que «corrobora más si cabe que Ribera Salud no está capacitada para asumir ningún contrato más de la administración sanitaria».