El Ayuntamiento de Guadassuar no sólo reducirá en más de 300.000 metros cuadrados la superificie del polígono industrial que el anterior gobierno local (PP) proyectó en la Garrofera y que provocó uno de los enfrentamientos más fuertes con la vecina localidad de l'Alcúdia, dada la proximidad del parque industrial a la pedanía de Montortal, sino que también ha renunciado a crear un polígono específico para industrias consideradas molestas o peligrosas, como se concibió inicialmente.

Así lo confirmó ayer el alcalde de Guadassuar, Salvador Montañana, que propició un encuentro de empresarios de la localidad con el conseller de Economía Sostenible, Sectores Productivos y Trabajo, Rafa Climent, en la planta de tratamiento de residuos del Consorci Ribera-Valldigna, que queda en el centro de la futura área industrial. Montañana señaló que la ley ya no contempla este nomenclator en la clasificación de polígonos, pero también dejó claro que se ha producido un cambio de voluntad de forma que antes se concebía como un área específica para este tipo de empresas peligrosas y ahora se renuncia a esa idea, lo que no implica que cualquier empresa, con las autorizaciones ambientales que precise en función de su actividad, se pueda instalar.

Racionalizar el proyecto anterior

El alcalde valoró como «desmesurado» el proyecto que impulsó su antecesor al frente del ayuntamiento, José Ribera, no sólo por la superficie que abarcaba -alrededor de 850.000 metros cuadrados- sino porque también contemplaba «una circunvalación de doble carril con doble sentido, como si fuera una autovía, o tres rotondas que aislaban completamente a Montortal». «Ese polígono dejaba de ser atractivo cuando el coste del metro cuadrado podía salir por 150 euros», agregó Montañana, que recordó que la propia conselleria «dio por extinguida» esa planificación y que con la nueva ordenación que se está diseñando de la mano de la propia Generalitat se pretende «racionalizar» el polígono, reduciendo los costes de forma sustancial para que pueda ser más atractivo. En esta línea, anunció la voluntad municipal de impulsar la urbanización por gestión directa «si puede ser».

La reducción de la superficie aleja el polígono tanto de la Acequia Real del Júcar, con la que el diseño anterior lindaba, como del término municipal de Massalavés. El alcalde no concretó la superficie final más allá de señalar que se desestiman más de 300.000 metros o que el polígono quedará en torno a los 450.000 metros cuadrados a la espera de definir la nueva ordenación con la conselleria. Montañana señaló que se ha querido tramitar la vertiente ambiental como primer paso para, en el momento en que se obtenga la conformidad, proseguir con la tramitación urbanística.

Por otra parte, lamentó que «no se haya hecho nada» en un proyecto que se arrastra desde hace hace veinte años y que esta inactividad había derivado en «chavolismo industrial», mientras señalaba al entorno con algunas instalaciones abandonadas o incidían en que las industrias que sí están en activo «no cuentan con los servicios urbanísticos mínimos».

El conseller Rafa Climent destacó que el polígono de la Garrofera de Guadassuar se encuentra en un lugar «estratégico» y cuenta con muy buenas comunicaciones y reivindicó la apuesta del Consell por la «reindustralización del territorio» ya que, según subrayó, «al final es la industria la que genera el empleo más estable y de más calidad».