La trama de corrupción urbanística en Montroi se desarrolló a inicios de la pasada década. La empresa constructora, según quedaba reflejado en la investigación judicial, vendió entre 203 y 2004 decenas de viviendas a jubilados ingleses y alemanes en terrenos que no eran urbanizables. Se estima que unas doscientas personas fueron víctimas de la estafa.

En dicho periodo, Carrión permitió a la promotra construir 80 chalés, que se vendieron entre 150.000 y 200.000 euros. Las viviendas afectadas por la trama, más de un centenar, están ubicadas en la urbanización de Las Palomas, en los sectores de l'Hopsitalet, Les Valletes, Los Corales y Pla Galán.

A los ciudadanos se les vendía la propiedad exclusiva de una parcela, perfectamente identificada y aparentemente independiente y delimitada por cuatro puntos cardinales, cuya concreta ubicación se mostraba según un plano particular de la urbanización ya terminada y completamente parcelada.

Para la construcción de las viviendas se exhibían unos modelos de edificación estandarizados. Así mismo, se presentaban las villas con las dotaciones y servicios públicos esenciales, valiéndose además de diversos reclamos como la construcción de un lago, un campo de golf, un centro comercial, una comisaría de policía y un hotel que ni siquiera consta que se hubieran proyectado.Sin embargo, en realidad, las fincas rústicas de las que derivan las parcelas eran indivisibles y no habrían sido objeto de procedimiento previo alguno, pues seguirían formando parte de la finca registral. Carecían de la preceptiva licencia de parcelación o de la declaración de innecesariedad municipal. Como consecuencia, ni todos los perjudicados tienen vivienda, ni todos los que la tienen lograron que la misma se correspondiese con la que aparecía documentada en el contrato.