El fuego ha dado, de nuevo, un duro golpe a la cooperativa de Alginet, Coagri. La empresa agrícola ha sufrido, por segunda vez en menos de dos años, un incendio en sus instalaciones. Las llamas calcinaron el pasado fin de semana una amplia superficie en la que se almacenaban alrededor de 120.000 cajas, así como palés y una instalación de limpieza de cajas. Aunque sólo hubo que lamentar daños materiales, éstos podrían cifrarse, a falta del peritaje, en una cantidad cercana al millón de euros. Con todo, el director de la cooperativa, Antonio Martínez, aseguró ayer a Levante-EMV que superarán el bache: «Ni la próxima campaña ni el futuro de la cooperativa están en peligro».
El incendio se produjo de madrugada y obligó a desalojar a los vecinos de las casas más próximas. De hecho, fue una primera llamada vecinal al servicio de emergencias la que alertó del inicio del fuego alrededor de las 01,30 horas. A día de ayer, todavía se desconocía el origen de las llamas, si bien es cierto que la policía judicial ya ha realizado una primera revisión ocular y, tras la limpieza de los escombros, se procederá a una investigación más amplia.
El fuego se produjo en una superficie sin techo que cuenta con dos paredes de obra y otras dos de tela metálica. En ella, la cooperativa guardaba las cajas que utiliza durante las campañas agrícolas, principalmente la del caqui y la citrícola, y algunas máquinas. Aunque Martínez explicó que, aunque todavía tienen que inventariar las pérdidas, «se han perdido alrededor de unas 120.000 cajas, a seis euros más IVA cada una, algo de maquinaria y la infraestructura dañada que se tendrá que reconstruir». De ese modo, una estimación rápida podría situar los daños en una cantidad cercana al millón de euros.
«Aunque estamos asegurados y esperamos que la compañía llegue a cubrir, al menos, un 80 % de lo dañado y, afortunadamente, la campaña de caqui ya ha acabado, esto supone un problema importante para nosotros», manifestó el director de Coagri, que prosiguió: «Eso hará que este nuevo incendio no suponga una puñalada tan grande, pero es cierto que pasaremos una temporada complicada».
Margen para reaccionar
Esa precisa circunstancia es el mejor augurio tras el aparatoso incendio del pasado fin de semana. «Tenemos margen y capacidad para reaccionar, aunque tendremos que ajustarnos un poco el cinturón y realizar una inversión considerable para recuperar el material dañado, intentaremos salir de este apuro. Ni la próxima campaña ni el futuro de la cooperativa corren peligro», adujo al respecto Martínez.
La cooperativa de Alginet sufrió una situación similar hace menos de dos años. En abril de 2016 una de sus cuatro naves, la más antigua, ardió también durante un fin de semana. Curiosamente, en aquel espacio también se guardaban algunas cajas, tanto de cartón como de plástico. Afortunadamente, en ninguno de los dos casos hubo que lamentar daños personales al producirse fuera del horario laboral. «Uno quiere siempre olvidar estas cosas, pero, a la vista de los acontecimientos, es difícil» expresó Martínez sobre la fortuita coincidencia.
