Aguas estancadas que provocan malos olores, baños inutilizables, sumideros que no dan abasto, materiales de obra flotando en el sótano y una creciente colonia de mosquitos que amenaza con imponerse en el Centro Integral de Mayores de Carcaixent (CIM). Esta es la lista de la calamidades que sufren los usuarios del espacio para personas de la tercera edad, inaugurado el 13 de noviembre de 2003. La causa: el sistema de evacuación de aguas fecales, que durante la construcción del inmueble, se ejecutó para que desaguara en la calle Isabel Soriano, atravesando toda la Plaza de España. Un planteamiento que, unido al desgaste de las arquetas sifónicas, ha dejado en evidencia sus carencias. «Llevamos así más de cinco años. Cuando se hicieron las obras, buscaron la alternativa más complicada. Lo más fácil hubiera sido que se vertieran los líquidos residuales en la calle Sebastián Hernández, que es la más próxima, porque ahora lo que ocurre es que ese proceso se queda a medias. Estamos cansados de reclamar soluciones al ayuntamiento», explicaron fuentes municipales.

La actual coyuntura ha provocado que la planta subterránea se haya convertido en una charca. No solo eso. Los servicios de la cafetería y el vestuario de personal están completamente anegados y ya no tragan, y los vecinos y vecinas de la zona denuncian que se ha producido un repunte en la aparición de insectos, lo que ha generado un profundo malestar por las continuas picaduras. «Hace unos años vinieron a limpiarlo y se llevaron cuatro cubas de aguas fecales. El problema es que la conducción no es la adecuada y se queda todo atascado. Nos han comunicado que van a aplicar algunas medidas preventivas, pero no sabemos si serán suficientes. Al menos, en agosto está cerrado. Podrían aprovechar ese mes para apañar este desastre», aseguraron los afectados.

Proyecto en mente

En el último pleno, el PSPV expuso ante el edil de Salud Pública, Carles Albert, las quejas recibidas en las últimas semanas por los carcagentinos. El propio concejal afirmó ser consciente de los problemas de insalubridad acaecidos, y confirmó que esta semana había visitado la zona afectada. «Sabemos que desde que se hizo el CIM, el sistema de evacuación de aguas fecales está mal elaborado. Nosotros pedimos información y llegamos a la conclusión de que no es una cuestión que pueda solucionarse en un día. Tendría que levantarse, limpiarse y crear una nueva conexión. Tenemos una propuesta que ronda los 35.000 euros y está previsto llevarla adelante una vez tengamos aprobada la consignación presupuestaria. Ahora, vamos a iniciar un plan periódico para visitar los centros públicos y municipales y evitar que prolifere el mosquito tigre», manifestó Albert.

Por el momento, han tenido que remediar el hedor sellando las trampillas y aunque en las rejillas de ventilación han instalado mosquiteras, tienen miedo de que la población de insectos siga en aumento. De hecho, han planteado la posibilidad de realizar una fumigación extra durante estos meses que permite frenar el avance de especies que pueden llegar a ser vectores de transmisión de numerosas enfermedades tropicales emergentes. «Hay veces que esto se hace insoportable.

Habría que hacer algo pronto para evitar que pueda ir a más. Sabemos que los propios trabajadores del CIM también han trasladado al ayuntamiento este grave problema. Además, el escenario que ahora tenemos es el propicio para que el mosquito tigre se reproduzca con facilidad. Los habitantes de la zona ya no pueden más», sentenciaron.

Ahora esperan un desenlace provisorio, que pueda calmar una circunstancia que ha puesto en vilo a los usuarios de este espacio. Un público que reclama una salida a sus aguas fecales estancadas y ponga fin a su calvario.