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Los castillos árabes de la Safor, un ejemplo de ruina

El desamparo preside los restos de las antiguas fortalezas, algunas de ellas con mil años de historia

Los castillos árabes de la Safor, un ejemplo de ruina

Cuando, por cualquier motivo histórico, la Safor recuerda las antiguas fortalezas árabes que coronaban de forma imponente las montañas mejor situadas para vigilar y para resistir en caso de ataques, advierte, también, el abandono en el que siguen.

Solo el castillo de Bairén ha recibido en las últimas décadas la atención de alguna administración, generalmente el Ayuntamiento de Gandia, para evitar que siga cayendo a pedazos.

Alrededor de este monumento, los otros «castells de roca grans i forts» que cita Jaume I (Vilallonga, Borró, Vilella y Palma), al que se podrían unir los de Alfàndec, en Benifairó de la Valldigna, y el del Rebollet, en la Font d'en Carròs, se caen literalmente a pedazos sin que nadie siquiera haya intentado al menos ejecutar labores para mantener lo poco que les queda.

En algunos casos se trata de obras construidas hace casi mil años, y su gran pecado es que, a medida que la conquista cristiana se consolidó y pasó todo el peligro de invasiones y guerras, cayeron en el abandono y en el olvido. «El castell dels moros» es el apelativo que reciben la mayoría de ellos.

Los arqueólogos y los historiadores lamentan que estos restos sigan estando a merced del paso del tiempo, deteriorándose cada vez que un rayo impacta sobre sus muros o cuando las lluvias asolan alguno de sus lienzos milenarios.

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