Un programa de prevención del absentismo escolar diseñado y desarrollado por la Mancomunitat de la Safor en 24 municipios de la comarca ha logrado que, en la mitad de los casos, el alumno corrija, e incluso supere totalmente, la actitud de no ir a clase.
Así lo reveló ayer la coordinadora del departamento de Servicios Sociales del ente comarcal, Mónica Peiró, quien explica que en los casi veinte años que se lleva trabajando en la prevención del absentismo escolar cientos de alumnos se han visto beneficiados por este programa.
Esta iniciativa, que reúne aspectos pioneros, acaba de recibir el reconocimiento del Ministerio de Educación y Cultura y de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que han destacado el tesón y los esfuerzos de un organismo comarcal como la Mancomunitat para intentar que todos los jóvenes sigan el ritmo fijado en sus estudios para formarse de cara al futuro y no caer en la exclusión social.
Según Mónica Peiró, si bien este programa se inició en el año 1998, fue en 2010 cuando se produjo un «cambio sustancial» que consistió en el establecimiento de un protocolo para coordinar a los Servicios Sociales, a las policías locales de los municipios y a los centros docentes para «rodear» tanto al alumno absentista como a su familia e intentar convencerlos para que corrija su actitud.
Así, la policía local avisa a la familia y a los servicios sociales al detectar la presencia de un joven en edad escolar deambulando por las calles en horario de clase. Analizado el caso, el programa de la Mancomunitat actúa en dos frentes, uno mediante una monitora que está dentro del colegio o el instituto, y, en paralelo, con el trabajo de los servicios sociales fuera del centro, atendiendo al estudiante personalmente y sensibilizando a su familia para tratar de convencer a ambos de lo importante que es no abandonar las aulas.
En algunos casos, la decisión ha sido cambiar de rama para motivar a la persona. En cerca de la mitad de los casos el resultado de la intervención ha sido positiva, logrando que el joven vuelva a los estudios, según indicó ayer a este periódico Mónica Peiró, quien añade que, salvo excepciones muy contadas, los casos graves, considerados aquellos en que el alumno casi nunca iba a clase, han desaparecido.
El programa para actuar contra el absentismo escolar en la Safor se ha desarrollado en todos los municipios de la comarca salvo Gandia, Oliva, Tavernes de la Valldigna, Xeresa, Villalonga y Benirredrà, que disponen de sus propios equipos de servicios sociales y que, en algunos casos, también actúan contra el absentismo.
Plan contra el acoso escolar
Pero la alegría para la Mancomunitat es doble porque, también ayer, el Ministerio de Educación y Cultura y la FEMP reconocieron el programa de buenas prácticas que se ha puesto en marcha para prevenir el acoso escolar y, si es necesario, actuar para evitarlo.
Según señaló ayer Pepa Izquierdo, coordinadora del Gabinet Psicopedagògic de la Mancomunitat, lo más destacado de este plan, que incluye cualquier tipo de acoso en las aulas, es que su aplicación abarca una «visión general» y que se convierte «en una herramienta de trabajo» para profesores y ayuntamientos.
El acoso entre jóvenes en edad escolar incluye todos los campos. Desde las preocupantes acciones de dominio machista de jóvenes hacia sus amigas o compañeras, hasta el uso de las nuevas tecnologías como instrumento de presión sicológica.
Izquierdo indica que la Mancomunitat fundamentalmente establece una hoja de ruta que distribuye a colegios, institutos y ayuntamientos como un complemento a los planes que ya están en marcha, como el «Previ» de la Generalitat, que se activa inmediatamente que se detecta un caso de acoso hacia un alumno o hacia un grupo de ellos.
