De todos es sabido que desde el año 2011 estamos padeciendo una gran crisis económica, más acentuada, si cabe, en el año 2012, a lo que habría que añadir la prohibición de fumar dentro de un local público, y, por supuesto, en todos los bares y restaurantes, de los que dependen muchos puestos de trabajo, y de familias.

Es cierto que en enero de 2012 se sacó una Ordenanza específica para regular todo el tema de la ocupación de la vía pública por parte de los hosteleros de Gandia, que incluía la regulación de mesas, sillas, todos, paravientos, etc? ya que nunca se había regulado. Pero entendimos, dado lo dicho anteriormente, que más que un tema legal, se trataba de una cuestión política ante la dicotomía entre el trabajo de los bares y restaurantes, los puestos de trabajo que crean y las familias que viven de eso; o la aplicación de una nueva Ordenanza, que, en definitiva, lo único que regula son temas de ornato. Por eso, públicamente, e incluso desde este nuevo Gobierno de la Ciudad, se ha acusado al Gobierno municipal del Partido Popular de no aplicar dicha ordenanza.

Para nosotros sí que eran más importantes las personas y su economía, que, al final, redunda también en la economía de todos, que el problema del ornato, que aun siendo importante es mejor dejarlo de momento y hasta que acabe la actual crisis que padecemos.

En verano, los bares y restaurantes no tienen problema con su terraza, pero no ocurre lo mismo cuando se acaba el verano y empieza el frío, y para solucionar este problema, como si fueran emprendedores, los titulares de los bares y restaurantes realizan una inversión en dichas terrazas, como son las de instalar un toldo y unos paravientos, para poder mantener a la mayor clientela posible.

A lo dicho anteriormente, en cuanto a la Ley Antitabaco y la Crisis, ahora hay que añadir la subida de impuestos, así como la subida del recibo del agua que el Gobierno de PSOE y Més Gandia han aprobado. Si se les ponen tantas trabas, ¿cómo van a poder hacer frente a esas subidas?

Hay que reactivar la economía y ello no se puede hacer con prohibiciones o imposiciones. Todo lo contrario. Hay que facilitar la labor de todos aquellos que quieren trabajar, y más aún a los autónomos que, encima, asumen todos los riesgos. Y si para ello es preciso suspender esa ordenanza Municipal hasta que cambie la situación económica, lo valiente es dejarla en suspenso, siempre dentro de unos límites y siempre con el respeto que se merecen los peatones, a los que no se les debe poner ninguna traba.

Es muy fácil decir el eslogan de «lo primero las personas», pero ese eslogan tiene que ir acompañado de hechos, y poner prohibiciones y exigencias a los bares y restaurantes, en estos momentos, es hacerlo contra las personas responsable de los mismos.