El gobierno local de Benifairó de la Valldigna, de Compromís, tiene un auténtico quebradero de cabeza con su cementerio municipal. Apenas le quedan diez nichos vacíos y por cuestiones urbanísticas es imposible su ampliación. Menos mal que en uno de los pocos puntos que quedaban libres, estos días ha empezado la construcción de 50 nuevas casetas y 20 columbarios.
Es, como reconoce su alcalde, Josep Antoni Alberola, una solución de urgencia que, al menos hace ganar tiempo al Ejecutivo para seguir trabajando en la solución definitiva, la construcción de un nuevo camposanto.
Pero esta aspiración topa varios problemas. El primero y más importante la falta de dinero. La abultada deuda del consistorio impide disponer de liquidez suficiente para levantarlo, por lo que Alberola confía en un milagro en forma de convenio singular de la Diputación de Valencia para que en unos años los vecinos de Benifairó cuenten con un espacio digno en el que poder enterrar a sus familiares fallecidos.
La otra dificultad con la que se encuentra el consistorio es una cuestión de terrenos. El municipio cuenta con una parcela de su propiedad en el camino que une Benifairó con Simat, sin embargo, este espacio no puede ser utilizado para la construcción de un cementerio, en tanto que la ley impide que estas instalaciones se construyan a menos de 500 metros del casco urbano.
Esta norma enviaría el nuevo camposanto a la zona del barranco de la ermita. Allí, según explicaba el alcalde, existen unos terrenos que, si bien no son de propiedad municipal, el ayuntamiento podría disponer de ellos a través de un acuerdo con la empresa propietaria de los mismos.
Según explicó Alberola, en estos momentos se encuentra en pleno proceso de negociación con esta mercantil local para lograr una permuta de terrenos. «Creo que ahí no vamos a tener problema, eso se va a resolver pronto y dispondremos del espacio para construir el cementerio».
Otro asunto es si la zona es la más adecuada, en tanto que se encuentra muy lejos de la iglesia y en plena carretera de acceso al municipio por lo que, según reconoció el propio alcalde, «cuando haya un entierro tendrá que venir la Policía Local a dirigir el tráfico». Sin embargo, la ley y los límites de Benifairó impiden instalarlo en otra zona.
Aquí, además, no solo habría que habilitar la infraestructura, sino también una vía de acceso (pese a que es urbanizable la zona no está desarrollada y actualmente son campos de naranjos) y, lógicamente, un aparcamiento.
Un proyecto ya elaborado
El asunto del nuevo cementerio de Benifairó no es nuevo. De hecho, existe incluso un proyecto elaborado en anteriores legislaturas que nunca se ha desarrollado «porque anteriores gobierno se han dormido en los laureles», criticaba el actual alcalde.
Josep Antoni Alberola confía en que la administración provincial que preside Jorge Rodríguez sea sensible a las necesidades de su municipio y conceda ese convenio singular.
