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No cumplían la normativa

Gandia cierra siete estudios de tatuajes al detectar que incumplían la ley autonómica

Los propietarios de estos negocios están obligados a vacunarse, usar guantes, tintas homologadas y material esterilizado

El Ayuntamiento de Gandia ha decretado el cierre de siete locales en los que dibujan tatuajes tras detectar, a través de una inspección, que incumplían alguno de los preceptos que marca la normativa autonómica que regula el funcionamiento de este tipo de negocios. Se estima que en la ciudad, el Grau y la playa hay entre diez y quince locales que se dedican a esta actividad.

Según ha podido saber este periódico, el pasado mes de junio, dentro de las campañas de control de que está llevando a cabo el Ayuntamiento de Gandia, técnicos municipales procedieron a hacer una inspección a la totalidad de los estudios de tatuajes que hay en la ciudad.

Se revisaba, sobre todo, si cumplían la estricta reglamentación de la Generalitat, que se recoge en un decreto del año 2002, cuando aún era presidente Eduardo Zaplana y la cartera de Sanidad la ostentaba Serafín Castellano.

En ella se recoge, entre otros, que las tintas que se utilizan para plasmar los diseños deben ser homologadas por el Gobierno español, que la persona que dibuja los tatuajes esté en posesión del título de Técnico Superior en Estética, que todos los utensilios estén esterilizados, que se mantenga una adecuada higiene del lugar donde se realizan los diseños, que el tatuador use siempre guantes desechables y, lo más importante, que estén vacunados contra la hepatitis B y el tétanos, una medida que sirve tanto para proteger al cliente como al contrario, para evitar el contagio de dichas enfermedades en caso de que la persona a la que tatúan las sufra.

Así pues, en la revisión se detectó que en siete de los locales se incumplía alguna de estas cuestiones, por lo que se procedió a decretar el cierre de forma automática. Se trata, en todo caso, de una medida cautelar, por lo que el Ayuntamiento ha dado a los negocios un plazo para solventar la carencia o, en cualquier caso, para alegar si es que están en contra de la decisión.

Preguntado sobre este tema, el coordinador general de Urbanismo, Vicent Mascarell, explicó que,los negocios sí que han bajado la persiana de forma definitiva, mientras que otros han optado por presentar alegaciones. La casuística para cada uno de ellos era distinta y cada decreto de cierre se ha centrado en los incumplimientos que presentaba el negocio en particular. «Nos aseguramos que los que quedan, ofrecen el servicio con todo en regla», dijo Mascarell.

El responsable de Urbanismo señaló que la campaña de control se ha llevado a cabo de forma conjunta entre el Ayuntamiento de Gandia, la Generalitat y el departamento de salud con sede en el hospital Francesc de Borja. Las inspecciones se realizaron de oficio, sin que existiera una denuncia previa y dentro de las revisiones de actividades que lleva a cabo en consistorio periódicamente.

El objetivo, además de comprobar si se cumplía la normativa, era intentar sacar a la luz aquellos negocios «pirata». «Sabemos que hay gente que tatúa en su casa, y eso no es legal, pero resulta más complicado de controlar», reconocía Vicent Mascarell.

Aclara que «no estamos en contra de los tatuajes, todo lo contrario. Lo que queremos es poner en valor los tatuajes y a sus profesionales y queremos que su actividad tenga un correcto cumplimiento de las normativas». Insiste en que se trata de «algo complicado» en tanto que requiere un conocimiento estricto de la legislación.

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