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Cambio de rumbo en el Náutico de Gandia

La Autoridad Portuaria retira la concesión al club y la entregará a la empresa de Francisco Herrero en un proyecto que prevé invertir 7 millones de euros - «Agradezco la decisión porque es la mejor para la ciudad», dice el representante de Alcara SL

Cambio de rumbo en el Náutico de Gandia

La Autoridad Portuaria de València (APV) anunció ayer un histórico cambio de rumbo en la gestión del espacio en el que se encuentra el Club Náutico de Gandia. Tras 60 años en ese lugar, el Real Club Náutico pierde la concesión de la que ha disfrutado desde 1957 para entregarla, si finalmente reúne todas las condiciones exigidas por la APV, a la empresa Alcara SL, cuyo representante es Francisco Herrero París, un gandiense socio y exdirectivo de esa entidad. El cambio más significativo es justamente ese, pasar de una gestión de club social al de una empresa que pretende ganar dinero.

La APV deniega el proyecto presentado por el club, que prevía una concesión a 25 años y una inversión de 3,5 millones en la mejora de las instalaciones, y considera «de mayor interés público y portuario» la de Alcara SL, que contempla un periodo de 40 años prorrogable por otros diez y la inversión de 5,6 millones, cifra que Francisco Herrero elevaba ayer, en declaraciones a este periódico, hasta los 7 millones de euros.

Ahora se abre un proceso administrativo para entregar el Náutico a Alcara, pero el director general de la APV, Francesc Sánchez, ya anunció ayer que esa concesión será por un periodo inferior al que planteó la empresa. Inicialmente se barajan 30 años.

Herrero, de 39 años y jefe de estudios del colegio Abecé de Gandia, se enteró de la decisión justo cuando comía en un restaurante situado al lado mismo del Club Náutico, y, en declaraciones a este periódico, indicó que agradecía la decisión de la APV «porque es la mejor para la ciudad de Gandia».

El representante de Alcara explica que en el primer año de la concesión invertirían entre seis y siete millones de euros procedentes de un fondo de inversión en una remodelación de las instalaciones que incluye la demolición del actual edificio social y la construcción de uno nuevo de menores dimensiones.

Como ha señalado desde un primer momento, no oculta que la intención de este proyecto es hacer negocio en ese lugar con la apertura de establecimientos que atraigan a turistas, sin descartar hasta cruceros a las islas Baleares y mimando la vertiente social. El concepto es el mismo que la Marina de Dénia, que lleva muchos años de explotación comercial de del espacio portuario

«Abrir los brazos a los socios»

Respecto a los socios y a las actividades sociales, que era la gran baza del proyecto que presentó la directiva del Club Náutico para renovar la concesión, Herrero lanza un mensaje de continuidad y de integración. «Abriremos los brazos para que los socios estén con nosotros», dice, y añade que su proyecto incluye el mantenimiento de actividades deportivas, entre ellas el remo o la vela, objeto final de un club de estas características cuyo espacio pasará a ser gestionado por una empresa.

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