?Castillo de Cardona, 1478. Mauricio Coloma visita a su padre. A punto de ser injustamente ejecutado le confiesa secretos familiares: descienden de judíos y guardan, de generación en generación, un anillo con una esmeralda. Con él se dirige a Florencia donde encontrará el Renacimiento, el amor, las conspiraciones, a Lorenzo el Magnífico o Leonardo da Vinci. Allí comienza un viaje por el mundo y por el tiempo entrelazado con una travesía vital. Personajes históricos y ficticios, la historia con mayúsculas y la cotidiana, el pasado y el futuro se dan la mano.

En la novela alterna lo masculino con lo femenino, la luz con la oscuridad... Florencia como ciudad luminosa frente a una España un poco más oscura.

Muchas cosas salen sin pensarlo. Como cada capítulo está escrito desde el punto de vista de un personaje, Mauricio y Lorena, de forma natural iba alternando el punto de vista masculino con el femenino, sí. No está pensado pero ha salido así. Es cierto que esa época, con los Medici, Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Boticceli... eran unos abanderados de la tolerancia. Pico della Mirandola, un hombre culto, erudito, dice que todas las religiones comparten la misma doctrina.

La religión, las religiones, también están muy presentes.

Me parecía algo importante. En esta época se introduce el elemento gnóstico dentro del cristianismo. Pero lo hacen de tal manera que no se cargan nada, lo integran todo. Se consigue en ese momento una tolerancia. Lorenzo de Medici protegía mucho a los judíos también. En cambio, poco tiempo después cae la ciudad en manos de Savonarola, prohíbe la música, los carnavales, se queman los libros antiguos. Es como el integrismo. El tiempo no es lineal. Mantener las libertades es un trabajo enorme que podemos perder en cualquier momento.

El Renacimiento, como usted mismo cuenta, mira al pasado para hacer posible el progreso ¿es eso lo que reivindica para estos tiempos?

Reivindico mirar un poco hacia atrás en el tiempo, sin mirar al pasado es muy difícil comprender el presente ni el futuro. Si no somos capaces de comprender lo que ha pasado difícilmente entenderemos lo que está pasando ahora.A nivel de los personajes es igual de importante. Los alquimistas hablaban de transformar el plomo en oro. Viene a decir que tenemos que enfrentarnos a nuestra parte oscura, a las cosas que no nos gustan, ese proceso alquímico es transformar el plomo en oro.

En su novela entremezcla personajes históricos de primera línea con personajes de ficción que interactúan. ¿Cuáles le resultaron más comprometidos?

Soy atrevido en este aspecto. Fue saliendo de una forma bastante espontánea. Respecto a los personajes históricos más importantes, Lorenzo de Medici y Leonardo da Vinci, había leído mucho sobre ellos durante muchos años. Casi los veía.

La obra tiene cinco años de documentación detrás. Aborda cuestiones más de costumbrismo como el vestido, la cosmética, etc. ¿Es historia de la vida cotidiana?

Sí, lo que puede interesar más al lector. Qué comían, cómo vestían. Intento que cada personaje lleve como una cámara colocada en la cabeza e ir viendo y descubrirlo como él. La esmeralda era Lorena y juego con la idea de que en realidad este libro lo había escrito Mauricio.

¿Mauricio es su "alter ego"?

Bueno, siempre pones elementos tuyos, es inevitable.

Toda la novela es un viaje geográfico, pero también a través del tiempo y personal ¿no?

Sí, sí. Lugares que conozco. La ruta cátara -sur de Francia- sirvió en un momento que la novela estaba atascada. Allí ví que esto era un paseo por el tiempo y que el pasado y el futuro no están separados realmente. Dicen que la línea recta es la del hombre y la circular es la de Dios. La intuición que tengo es que interactúan el presente y el futuro con el pasado.

Como jurista ¿Ha extraído alguna enseñanza del Renacimiento?

Y de la banca. Es el momento que el capitalismo cobra auge, sobre todo en Italia, la banca adquiere preponderancia y permite a algunos subir en la escala social a base de préstamos. Los propios Medici. Hay analogías con la actualidad, en aquella época los ricos eran cada vez más ricos y los pobres más pobres, como ahora. Desde el punto de vista jurídico, se crearon las sociedades de responsabilidad limitada. Por ejemplo en las sucursales Medici intentaban que cada una asumiera sus deudas y sus riesgos para que no quebraran todas. Pero al final y como ahora el poder se impone siempre al derecho. También había compañías aseguradoras. Hay una diferencia. Entonces quebraba un banco y pagaba la familia, ahora cuando quiebra el banco lo pagamos entre todos.

En el siglo XV las sagas familiares eran un referente.

Ahora tenemos un sentimiento más individualizado pero entonces la conciencia familiar era más grande. No había Seguridad Social ni nada y dependías por entero de la familia y de las alianzas familiares. Te iba tu supervivencia física y tus posibilidades de prosperar. No podías contar con el apoyo del Estado. La familia era esencial.