?

Los responsables de comunicación de la Casa del Rey agudizan el ingenio y echan mano de todos sus recursos para realzar la imagen de los Príncipes de Asturias, a los que la enfermedad del Rey y la situación que supuso su intervención quirúrgica colocó en primerísimo plano. El momento de la sucesión se aproxima y hay que convencer a los ciudadanos de la utilidad de la institución y de la capacidad de don Felipe y de su esposa para asumir ese destino. Para ello se refuerza su protagonismo con mayor presencia en actos públicos, encomiendas de mayor calado y recurriendo a las nuevas tecnologías, incluso con un blog para la Princesa.

Doña Letizia se ha convertido en un valioso activo para la Monarquía y en la Casa del Rey están dispuestos a aprovecharlo. Abrir un blog, en la que la esposa del heredero tendría que comprometerse a escribir al menos tres entradas semanales sobre sus actividades y también algunas opiniones sobre cuestiones que no hieran a nadie, sobre temas sociales y educativos especialmente, es una de las tácticas que se barajan para acercar la Monarquía al pueblo.

Eso cuentan en su libro Los Príncipes. Preparados para reinar la corresponsal de TVE ante la Casa Real durante casi 20 años, Carmen Enríquez, y el periodista de la Agencia Efe Emilio Oliva, que también se hizo cargo de esa información durante algún tiempo. Sostienen que existe una estrategia para ganarse la simpatía de quienes miran con indiferencia a la Monarquía, la aceptación de los sectores críticos con ella y el prestigio entre los mandatarios internacionales. Además del blog de la Princesa, se piensa en actualizar la web de la Casa del Rey, ahora muy orientada a los profesionales de la comunicación y con escaso material fotográfico y en vídeo.

El libro de Enríquez y Oliva bien podría formar parte de esa misma estrategia para prestigiar a los Príncipes, con un capítulo entero dedicado a refrendar con sondeos y encuestas del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) la simpatía de los ciudadanos por la Monarquía y sus miembros. El 62% de los españoles apuesta por ella y Felipe y Letizia figuran entre las diez personalidades más valoradas por los españoles.

Los Príncipes de Asturias y sus hijas son presentados por los autores del libro como una familia idílica. Ambos son, escriben, excelentes profesionales, bien preparados, competentes y entregados a su deber con España. Así aparecen retratados, y también como esposos enamorados y excelentes padres, cariñosos y comprometidos con el cuidado y la educación de sus hijas. Apenas se les ponen reparos. Al Príncipe lo más que se le critica es ser "algo envarado", sobre todo cuando era más joven. De la Princesa no se descubre nada nuevo, se dice que es "impaciente", "nerviosa", "un poco repipi", "mandona". "Lo que más le ha costado es acostumbrarse a callar y a no creer que está en el mismo nivel que el Príncipe", opina el que fuera jefe de Protocolo de la Fundación Príncipe de Asturias, Felio Vilarrubias.

Los testimonios que se recogen en el libro constituyen lo más interesante del libro. No descubren nada nuevo, pero puede resultar apetecible conocer la opinión y las anécdotas que sobre la pareja. Por supuesto, no son los más íntimos. Esos, los que mejor los conocen, como el regatista Fernando León, el gran amigo de don Felipe, declinaron la invitación a participar en el libro, según cuentan sus autores.

La portavoz del PP en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, relata su primer encuentro con don Felipe, en la Zarzuela, tras haber pinchado con el coche. "Cuando entré en el despacho, me dijo: Me han avisado de lo del pinchazo y he dicho pues que la suba la Guardia Civil del control, pero me han dicho que si no va detenida no puede ir en el coche de la Guardia Civil y, claro, he dicho, no detenerla no la detengan, vamos a buscar otra manera". El asturiano Enrique Iglesias, secretario general de las Cumbres Iberoamericanas, reflexiona sobre el hecho de que "la Corona genera una enorme simpatía en América", un capital que aconseja aprovechar.

Los Príncipes recopila los momentos trascendentales de Felipe y Letizia, de su vida pública: el nombramiento del heredero español como Príncipe de Asturias en Covadonga, la creación de los premios que llevan su nombre, su compromiso, su boda y el nacimiento de sus hijas, Leonor y Sofía. De la primogénita, a la que se describe como una niña despierta y charlatana, los autores dicen que, bien adoctrinada sobre la importancia de una buena alimentación, suele recomendar "comer espinacas porque tienen antioxidantes".

No se omiten banalidades, como la rinoplastia de Letizia, y apenas hay revelaciones. Cuentan que la Princesa se siente decepcionada por que sólo se fijen en su vestuario, que ambos se levantan a las 7.30 de la mañana y siempre que pueden llevan a sus hijas al colegio. Que la matrícula en Los Rosales, el centro privado en el que las niñas estudian, cuesta 10.000 euros, que a don Felipe le gustan los bocadillos y los gin tonics y que Letizia no disfruta demasiado conduciendo. Y, como tesis final, que "el Príncipe ha mejorado con ella. Está contento, ha alcanzado la madurez" y consecuentemente, volviendo a la portada del libro, "preparado para reinar".