Una banda de delincuentes, de origen lituano, asaltó el martes por la noche una vivienda de Sueca en la que se encontraba un matrimonio de septuagenarios, su hija de unos 40 años y un nieto, de ocho. Los asaltantes le propinaron una brutal paliza a Juan Sebastián, de 78 años, y su mujer sufrió un principio de infarto por la tensión del momento. Tras dejar malherido al anciano y sin que la hija del matrimonio se enterara de lo ocurrido, los ladrones comenzaron a desvalijar la casa.

Sin embargo, alguien frustró sus planes. Un agente de la Guardia Civil, que se encontraba franco de servicio, observó desde su casa cómo unos desconocidos sacaban un televisor y otros objetos de valor de la vivienda de sus vecinos. Rápidamente y sin pensárselo dos veces bajó en chanclas a la calle, armado con su pistola particular, ante la sospecha de que se tratara de un robo.

Al cerciorarse de que eran delincuentes conocidos de la zona, el agente telefoneó a sus compañeros. Asimismo, el guardia civil sacó su arma y encañonó a los sospechosos para evitar que huyeran antes de la llegada de refuerzos.

Trasladados al hospital

Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Sueca acudieron al lugar de los hechos, en la avenida Ronda de España, y procedieron a la detención de los cuatro sospechosos, entre los que se encontraba una mujer. Al entrar en la casa los agentes encontraron tendido en el suelo y en un charco de sangre al septuagenario. Al parecer, Juan tenía la nariz y la mandíbula rotas como consecuencia de los golpes que le propinaron sus agresores. Tanto él como su mujer, que presentaba una grave crisis de ansiedad, fueron trasladados al Hospital de la Ribera.

Este violento robo se produjo a las doce y media de la noche del martes en una planta baja de la avenida Ronda de España de Sueca. En la citada vivienda residen Asunción y Juan Sebastián, un matrimonio de 73 y 78 años respectivamente, la hija de éstos, de unos 40 años, y sus dos nietos de 15 y ocho años.

Al parecer, los asaltantes entraron a la casa por la puerta trasera y sorprendieron al anciano, que estaba viendo la televisión mientras esperaba a su nieta de 15 años. La hija del matrimonio se encontraba durmiendo con su hijo pequeño en el piso de arriba y no se enteraron de nada.

Los vecinos aseguran que oyeron gritos pero en un primer momento no les dieron importancia, ya que "chillan muchas veces", apuntaron. Pero una de ellas se asomó a la puerta y, según confesaba ayer, pensó "esto no es lo de siempre".

Y tanto que no lo era. En el interior de la vivienda los asaltantes habían golpeado al septuagenario y su mujer estaba a punto de sufrir un conato de infarto por el pánico vivido.

Gracias a la intuición y a la rápida reacción de un agente fuera de servicio, que se encontraba tranquilamente en su casa, los agresores no lograron su propósito y ya han sido puestos a disposición del juez. Tres de ellos ingresaron en prisión y el cuarto será extraditado.