No sólo no cobró lo estipulado por el servicio sexual prestado, sino que encima fue ella quien acabó abonando dinero al cliente. Y todo por aceptar como medio de pago un reloj que una prostituta creyó de oro y acabó siendo una baratija. La mujer ha acabado recurriendo a la Justicia y ha denunciado al cliente por estafa y robo.

Los hechos por los que la mujer, una chica rumana que ejerce la prostitución en un piso de Valencia, recibió la llamada de un cliente en la madrugada del pasado día 3, domingo. El hombre le pidió precio y llegaron a un acuerdo económico: 150 euros por dos horas de sexo. Él solo debía acudir al domicilio de la prostituta y pagar. Hasta ahí, todo normal.

Sin embargo, cuando el cliente llegó a la vivienda, le explicó a la meretriz que no disponía de dinero en efectivo. Eso sí, le mostró un reloj, supuestamente de una conocida marca y de oro, que ofreció co?mo trueque a cambio del sexo pactado. Antes de cerrar definitivamente el negocio, según relataría más tarde ella ante el juez, el cliente le dijo que el valor del reloj era mucho más alto que el del servicio, por lo que, para que el acuerdo fuese justo para ambas partes, ella debía entregarle 150 euros a él, ya que, a su juicio, la "joya" costaba "por lo menos 300".

Ella aceptó y cumplió. Estuvo con él desde las cinco hasta las siete de la madrugada. Luego, el cliente se fue y la mujer trató de poner en venta el reloj. Fue entonces cuando descubrió que había sido víctima de un doble timo: haber aceptado un reloj de escaso valor y haber aportado, además, los 150 euros a mayores. Tras descubrirlo, a prostituta fue al juzgado de guardia de incidencias de Valencia y pu?so una denuncia contra el hombre, a quien ahora busca la policía.