El guardia civil acusado de matar a su mujer de 14 disparos en septiembre de 2009 en Utiel aseguró ayer en el juicio que actuó "ofuscado" durante una pelea con la víctima e insistió en que no sabe cómo lo hizo. El procesado explicó que cuando vio que tenía la pistola en la mano telefoneó a sus compañeros de cuartel y les dijo: "Creo que he cometido una burrada, creo que he matado a mi mujer". La fiscal del caso pide que el agente -José Antonio C. C.- sea condenado a 19 años de prisión y la acusación particular reclama 24 años al entender que se ensañó con la víctima. El juicio con jurado arrancó ayer y podría durar dos semanas.

El acusado está en prisión preventiva desde que ocurrieron los hechos. El agente -que se ha dejado crecer la barba y el pelo- se negó a contestar a las preguntas de la fiscal y la acusación particular, y respondió a las de su abogado.

José Antonio C. C. explicó que mantuvo una relación de noviazgo con su mujer de seis años y estuvieron casados durante ocho. El acusado aseguró a preguntas de su abogado que no mantenía relaciones sexuales con su mujer y admitió que discutían. A pesar de ello, insistió en que "jamás" maltrató a su mujer ni la humilló.

El agente manifestó que unos meses antes del crimen estuvo de baja por depresión porque no se sentía capaz de asumir la responsabilidad que tenía en su trabajo como guardia civil. El procesado declaró que incluso barajó la posibilidad del suicidio por sus problemas laborales. "Me superaba el cargo de comandante de Utiel", señaló.

El guardia civil apuntó que tenía problemas con la familia de su mujer porque les impedían hacer una vida normal. El acusado indicó que un día se presentó en la vivienda familiar el padre de la fallecida para llevarse a su hija al sospechar que estaba siendo maltratada y él se puso de rodillas y le pidió que "por favor no se la llevara porque no le había hecho nada".

El agente declaró que tampoco sabía que su mujer se quería separar de él, aunque después descubrió que la víctima grababa las discusiones que mantenían. El procesado dijo que ahora ha llegado a la conclusión de que lo que quería es que se fuera de casa "con una mano delante y otra detrás".

El acusado afirmó que el día de los hechos perdió los nervios porque su mujer lo dejó fuera de la vivienda desnudo. "Yo pensaba que podía verme alguien desnudo y ofuscado empecé a darle golpes a la puerta hasta que la tiré. La última imagen que tengo es de ella sentada en el sofá riéndose de mí. La siguiente imagen que recuerdo es verme con la pistola", relató. El agente confesó que no se creía lo que había hecho y añadió que llamó al teléfono de emergencias. La defensa alega que el acusado actuó trastornado y pide que como máximo sea condenado a 5 años.