El acusado de matar a un falso médico en Valencia en junio de 2012 se ha retractado de su confesión inicial y ha asegurado al juez que solo empujó a la víctima. El procesado, un joven de origen magrebí que permanece encarcelado desde su arresto, compareció la semana pasada ante el juez encargado del caso para cambiar por completo su versión de los hechos. El imputado va a ser juzgado en las próximas semanas en la Ciudad de la Justicia mediante el procedimiento del jurado porque la instrucción está prácticamente concluida.

La víctima era el falso médico peruano de 68 años Andrés Palomino. El crimen fue cometido el 20 de junio de 2012. En un primer momento todo apuntaba a una muerte por causas naturales, pero la autopsia acabó por revelar que el fallecimiento se había producido por asfixia mecánica. El homicida usó una toalla para estrangular a la víctima.

La policía detuvo el pasado mes de octubre en Tarragona al joven magrebí, que desde entonces permanece encarcelado como supuesto autor del delito de homicidio. El arrestado admitió los hechos ante la policía. El acusado indicó entonces que había estrangulado al médico cuando descubrió que quería abusar de él.

Sin embargo, ahora ha cambiado su versión. El procesado ha indicado esta semana al juez del caso que conoció a la víctima en un tren que salió de Barcelona con destino a Valencia. El imputado añadió que el falso médico le ofreció un puesto de trabajo en un restaurante de Valencia y que él aceptó quedarse en su casa. El acusado añadió que la noche de los hechos el procesado entró en su habitación "con los pantalones bajados" y trató de abusar sexualmente de él. El imputado indicó que se resistió, cogió por el cuello a la víctima y lo empujó al suelo.

El presunto homicida insistió ante el magistrado en que cuando él se fue de la casa la víctima permanecía viva. Además, señaló que le robó el móvil para que "no llamara a la policia". El robo del teléfono, según fuentes próximas al caso, fue el gran error que cometió ya que la policía logró dar con él en Tarragona cuatro meses después al rastrear el teléfono.

La víctima también está rodeada de un cierto misterio. Agentes de la policía judicial de Perpignan (sur de Francia) viajaron tras el crimen a Valencia para tratar de esclarecer si Andrés Palomino fue realmente quien mató a la joven de 19 años Mokhtaria Chaib. La joven fue brutalmente asesinada, violada y mutilada el 20 de diciembre de 1987 en el barrio de la estación de Perpignan. Palomino fue detenido y acusado formalmente del crimen, aunque en agosto de 1998 la Justicia gala lo dejó libre por falta de pruebas.

La noticia de la muerte de Palomino llegó a los oídos de los investigadores franceses y éstos pidieron permiso para desplazarse a Valencia y registrar la vivienda del fallecido. Todavía no ha trascendido el resultado de las pesquisas.

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