El juzgado de instrucción número uno de Gandia ha decretado prisión para un joven, vecino de esta ciudad y de 26 años de edad, por, presuntamente, obligar a su pareja, una chica de nacionalidad ecuatoriana de 28 años, a abortar y tirar el feto desde un puente al río Serpis. Los hechos ocurrieron el 30 de mayo de este mismo año.

Según se ha sabido ahora, el detenido pidió a su pareja sentimental que interrumpiera el embarazo, algo a lo que ésta se negó. La reacción del hombre fue la de encerrarla durante cuatro días en la habitación de una pensión para obligarla a abortar. Para ello, según la investigación, echó mano de unas pastillas abortivas que le proporcionó otra mujer de nacionalidad ecuatoriana, que también ha sido detenida, aunque ha quedado en libertad con cargos. El joven pagó 200 euros por el fármaco que provocó el aborto.

Durante el tiempo que estuvo retenida, la joven embarazada sufrió, presuntamente, todo tipo de golpes y vejaciones por parte de su pareja que, de ese modo, la forzaba a que se tomara las pastillas.

La ingesta de estas píldoras le habría producido unas fuertes hemorragias vaginales que finalmente le provocaron el aborto. Todo apunta a que el ahora encarcelado aprovechó un momento en el que la chica dormía para coger el feto y lanzarlo al río Serpis desde uno de los puentes que lo cruzan en Gandia. Según ha podido saber este periódico, la joven nunca fue atendida en ningún hospital tras el aborto.

Desde el momento que se encontró el feto enganchado en las rocas del río, un equipo de Investigación de Delitos de la Policía Nacional, junto a la Policía Científica, iniciaron una investigación. En principio pensaron que podría estar relacionado con temas de prostitución pero una nueva línea les llevó a dar con los padres de la víctima. Estos indicaron que la hija se encontraba en Ecuador desde de agosto y fueron ellos mismos los que la instaron a regresar. Al llegar a España la joven fue detenida, aunque quedó en libertad sin cargos. A su compañero, que cuenta con antecedentes por robo con fuerza, se le acusa de un delito de aborto a la fuerza, detención ilegal y malos tratos.

El feto fue visto por una mujer que daba un paseo por el Pont Vell de Gandia y se asomó al río, descubriendo un objeto en el agua que resultó ser un feto y que fue recuperado por los bomberos.