La Policía Nacional ha detenido a un matrimonio valenciano y al director de una sucursal bancaria de la capital del Túria por una presunta estafa que asciende a cerca de dos millones de euros con supuestas inversiones en productos financieros. El principal responsable de la trama y su mujer adquirieron propiedades inmobiliarias por un valor superior a los 420.000 euros, edificaron un chalé en el que invirtieron 249.000 euros -141.000 euros solamente en gastos de decoración-, y se compraron cuatro vehículos de alta gama valorados en otros 100.000 euros. Una vida de lujo y derroche a costa de víctimas ingenuas a quienes ofrecían inversiones ficticias con alta rentabilidad.

Las investigaciones comenzaron a principios de año al recibir varias denuncias de personas que estaban entregando su dinero a un supuesto trabajador de una compañía de seguros para invertirlo en productos financieros de esa supuesta compañía. Los investigadores averiguaron que una subdirectora de una oficina bancaria actuaba en connivencia con su marido, para aprovecharse del dinero defraudado mediante la contratación de productos financieros como plazos fijos.

Asimismo, también se estableció la implicación de una tercera persona, un director de otra sucursal bancaria de Valencia que, al parecer, de forma negligente obviaba las medidas establecidas por la legislación para evitar el blanqueo de capitales, facilitando que el marido de la subdirectora se apropiase del dinero que previamente había estafado a las víctimas y lo utilizase en su propio beneficio.

La policía comprobó que el dinero entregado por las víctimas no había sido invertido en los productos prometidos, sino desviado a un entramado de cuentas abiertas por el principal responsable, a nombre de los supuestos inversores, pero en las que éste figuraba como autorizado y que utilizaba en su propio beneficio.

Con el dinero defraudado construyó un chalé por 249.000 euros y adquirió propiedades por un importe de 423.713 euros. En el momento de su detención, el cabecilla de esta trama, de 41 años, portaba las llaves de uno de sus vehículos de alta gama y documentos bancarios dentro de un maletín.