Un hombre de 33 años fue arrestado el miércoles tras acabar con la vida de su propio padre a golpes en la vivienda familiar, situada en un chalé diseminado de Gilet. El fallecido, de 71 años e identificado como Fernando Cuenca, fue hallado tendido en el pasillo de la casa, desnudo y con evidentes signos de violencia. De hecho, según las fuentes consultadas por este periódico, el presunto homicida — que padece un trastorno mental por el que estaba siendo medicado— le habría destrozado la cara a puñetazos a su progenitor en un supuesto brote psicótico.

El cuerpo sin vida del septuagenario fue encontrado en el domicilio en torno a las 19.30 horas del miércoles después de que un amigo del presunto autor alertara a las autoridades hasta en dos ocasiones asegurando que éste le había confesado haber matado a su padre. No obstante, se sospecha que el crimen se produjo varias horas antes, incluso la noche anterior, cuando el presunto homicida fue visto por su hermano y éste se percató de que llevaba las manos ensangrentadas.

Una patrulla de la Policía Local de Gilet acudió al domicilio tras recibir una primera llamada de este amigo, vecino de Massamagrell, a media mañana. Los agentes se personaron en la puerta de la vivienda pero no obtuvieron respuesta. Poco después, se encontraron con uno de los hijos del fallecido y presunto autor del crimen, quien les manifestó que su padre había salido. Los policías observaron que éste llevaba la mano con los nudillos ensangrentados, pero el sospechoso argumentó que había sufrido un accidente doméstico y que iba a ir a curarse a un centro médico.

Pasaron las horas y ya por la tarde se volvió a recibir una segunda llamada, esta vez en el teléfono de emergencias de la Guardia Civil 062. Durante ese tiempo varios familiares se habían presentado en la casa de Gilet tras ser alertados por la policía de la extraña llamada de este amigo, a quien supuestamente había confesado el crimen.

Arrestado en el Hospital Clínico

Agentes del Instituto Armado accedieron al interior del inmueble y en medio del pasillo hallaron sin vida y con la cara destrozada por los golpes a Fernando Cuenca, de 71 años. Rápidamente se dio parte y minutos después el presunto homicida, hijo del fallecido, era detenido por la Guardia Civil en el Hospital Clínico de Valencia, donde había acudido a curarse de las heridas que presentaba en la mano, producto precisamente de la brutalidad con la que golpeó a su padre.

El Juzgado de Instrucción número cinco de Sagunt procedió al levantamiento del cadáver, el cual fue trasladado al Instituto de Medicina Legal de Valencia donde ayer se le realizó la pertinente autopsia para esclarecer las causas y data de la muerte.

Agentes de la policía científica estuvieron ayer tomando muestras en el lugar de los hechos. Al parecer, el presunto parricida habría limpiando la escena del crimen y no era la primera vez que amenazaba con matar a su padre.