Un acusado aceptó ayer durante un juicio celebrado en la Audiencia de Alicante una condena de dos años de cárcel tras admitir que maltrató de forma habitual a su pareja y que, con unos alicates, le arrancó los «piercings» que llevaba en la vagina.

El procesado mantuvo durante más de veinte años una relación sentimental con la mujer, con la que convivía en una vivienda de Callosa de Segura. Según la Fiscalía, desde el inicio de esa convivencia, «de forma casi constante y permanente, trató violentamente» a su pareja «con ánimo de menoscabar su integridad física y psíquica».

Así, solía empujarla y abofetearla mientras le decía «hija de puta, idiota, fea, gorda», y otras veces la amenazaba de muerte gritando «te mato o mejor te dejo inválida para destrozarte la vida», al tiempo que esgrimía «cuchillos o alicates de punta». Igualmente, la echó «violentamente de la casa que compartían, diciéndole que daba por terminada la relación, hasta que al final ella le pedía volver», de acuerdo con la versión del ministerio público, que el propio reo confesó ayer en la Audiencia.

Entre el 21 y el 22 de febrero de 2015, la pareja se enzarzó en una discusión después de que él la acusara de mantener relaciones sexuales con un vecino. El acusado dejó inconsciente a su pareja de varios puñetazos y a continuación le arrancó con unos alicates los «piercings» que ella llevaba en los genitales, tal como ha admitido.

La agredida se despertó de madrugada y se fue a casa de unos amigos, aunque regresó al domicilio esa misma tarde y volvió a ser golpeada por su compañero. Al final logró escapar de su agresor, pero sufrió varias heridas en la cara, en las extremidades y en la espalda, así como la pérdida de parte del labio menor izquierdo de la vulva.

La Fiscalía eliminó ayer de su calificación jurídica la referencia a una «deformidad» como secuela de esa agresión genital, al igual que hizo la acusación particular, y rebajó en un año y medio su petición de condena, según las fuentes consultadas.

La víctima no será indemnizada porque renunció a ello durante la instrucción de la causa, a pesar de que padece un cuadro clínico compatible con un trastorno de estrés postraumático. Según un informe pericial aportado al procedimiento, como ocurre en otros casos de violencia machista, ha llegado a minimizar y justificar las agresiones de las que ha sido objeto, cuando no a culparse a sí misma de ellas debido a su «elevada dependencia emocional» del agresor y una baja percepción de «la gravedad y peligrosidad existente».

El detenido en Manises

Por otro lado, el presunto maltratador detenido el lunes en Manises tras supuestamente secuestrar y mantener atada a la cama durante toda la noche a su exnovia para obligarla a volver con él permanece hospitalizado, ya que sufrió fractura en ambos tobillos tras saltar de balcón en balcón cuando intentaba huir de la policía. Hoy está previsto que quede a disposición del juez.