Un joven de 20 años permaneció esta pasada noche en observación en el hospital la Fe de València, con pronóstico reservado, tras verse involucrado en la madrugada del sábado en una pelea en la discoteca Oh Valencia de Albal.

Según informaron desde el consistorio, el joven sufrió cortes producidos por un vidrio que, aunque eran superficiales, habían afectado a alguna arteria o vena. Un incidente que nunca debió haberse producido, entre otras cosas, porque esta sala de fiestas no tiene las licencias exigidas y sobre ella pesa desde hace tiempo una solicitud de clausura emitida por el ayuntamiento. Así lo recordaba ayer a Levante-EMV el propio alcalde, Ramón Marí.

El edil socialista indicaba que hace años se le dio la oportunidad de legalizarse, pues al local le faltan las infraestructuras necesarias para ser considerado parcela, pero, al parecer, sus dueños nunca dieron los pasos necesarios en este sentido. Consecuentemente, desde el consistorio se llegó a precintar el lugar, aunque «quitaron el precinto y siguieron actuando, con lo que recibieron una denuncia, por falta menor, de la fiscalía» comentaba ayer Marí.

Sorprendentemente, a pesar de eso la discoteca, ubicada en Camino de la Marjal de Albal, a las afueras de la localidad, continúa en funcionamiento. Es más, desde la Policía Autonómica confirmaron a este periódico que tienen el informe, que están estudiando el caso y que pronto tendrán una conclusión sobre el mismo. Pero, mientras tanto, esta discoteca sigue abriendo cada fin de semana.

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