María Jesús M. C., Maje, y su presunto cómplice, Salvador R. L., Salva, se han enfrentado desde poco después de las diez de esta mañana en un careo ante el juez en ele que se pretendía tratar de establecer cuándo dijeron la verdad y cuándo mintieron sobre su respectiva implicación en el asesinato del marido de ella, el ingeniero de Novelda Antonio Navarro Cerdán, perpetrado a las 7.40 horas del 16 de agosto de 2017 en el garaje donde la víctima aparcaba su coche, en el valenciano barrio de Patraix.

El careo, autorizado por el juez de Instrucción número 14 de València, ha durado alrededor de cuarenta minutos y se ha realizado a petición del fiscal del caso, que pretendía de esta manera enfrentar a los dos acusados en un cara a cara para intentar establecer el grado de implicación de ambos, después de que los dos aportaran versiones diametralmente opuestas ante la policía y ante el juez, tal como adelantó en exclusiva Levante-EMV.

Sin embargo, la incomparecencia de Javier Boix, abogado defensor de Maje, ha comprometido el desarrollo de la diligencia, ya que la acusada se ha acogido a su derecho a no declarar. La misma táctica ha seguido Salvador, el otro acusado, ante las preguntas de la Fiscalía y la acusación particular.

Salva ha permanecido en todo momento con la cabeza agachada mientras que a ella ha realizado el gesto de limpiarse alguna lágrima.

Declaran testigos vecinos de garaje

Además, hoy también han prestado declaración dos testigos, que aparcan sus coches en el mismo garaje donde se cometió el crimen, en plazas cercanas a las que ocupaba el vehículo de la víctima. La defensa ha tratado de desmontar la teoría de que Maje le dijo a Antonio que trabajaba para no guardar el coche en el garaje y que así estuviera libre para que lo utilizara esa noche el ingeniero, condición necesaria para poder cometer el crimen a la mañana siguiente cuando bajara al aparcamiento para irse a trabajar.

Maje y Salva fueron detenidos por el asesinato a cuchilladas de Antonio el pasado 10 de enero, cuando se iban a cumplir cinco meses del crimen. Entre ese día y el siguiente, declararon ante la jefa del grupo de Homicidios de la Policía Nacional de València. Sin ambages, ambos respondieron con un rotundo "sí" cuando la inspectora les preguntó sobre si los dos habían participado en la planificación y ejecución del asesinato de Antonio.