Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Les Valls

Los caminos del "aigua"

Un recorrido entre naranjos descubre un sistema hídrico que se mantiene como hace cinco siglos

Los caminos del "aigua"

Un paseo entre campos naranjos, con el agua como telón de fondo, siempre es un placer para los sentidos. Pero si además se hace en un recorrido con más de 500 años de historia, donde el patrimonio hídrico, natural y arquitectónico se dan la mano, la experiencia es enriquecedora al 100 % y hasta puede resultar divertida para los más pequeños. Todo esto es lo que ofrece La Vall de Segó, en una ruta que permite conocer a fondo un complejo sistema hidráulico, mantenido desde hace cinco siglos, y para el que la Junta d´Aigues de la Font de Quart ha pedido la declaración de Bien de Interés Cultural Inmaterial.

El punto de partida es el manantial de la Font de Quart. Desde allí parte un camino señalizado hace años por el club de senderismo La Vall de Segó que va junto a las acequias y permite contemplar todo el sistema hídrico puesto a punto en los últimos años por la Junta d´Aigues de la Font de Quart.

Gracias a esas canalizaciones, desde tiempos de Jaume I, ese caudal alimenta los cinco pueblos de les Valls y la vecina localidad de Almenara, pero con cantidades distintas. Esto implica una «milimétrica precisión matemática» que funciona a la perfección, como aseguraba el historiador e investigador Marc Ferri. «Es un sistema en perpetua rotación cuya vuelta total se completa cada 35 días. Cuando uno lo estudia a fondo, es sorprendente», decía, además de precisar que, aunque su origen se sitúa en la época árabe, «se retocó en el siglo XV para perdurar desde entonces hasta hoy».

Como testigo de ese largo pasado, la misma Font conserva un muro construido en época medieval «para impedir el paso del ganado al manantial que suministraba agua para beber, lavar y regar los campos», apuntaba Ferri.

Tras disfrutar de la belleza de este paraje, pese a la mortal acción del picudo en algunas palmeras, el visitante puede seguir el recorrido del agua y «jugar» a buscar «els sistars» o partidores, que permiten distribuir el caudal. La razón es que algunos están muy escondidos, ya sean cerrados o abiertos, con una puerta que sólo maneja «el sequier». En su camino, se encontrará con 12 antiguos molinos. Aunque están en desuso y varios, en ruinas, el de Quartell es municipal y está rehabilitado, musealizado y abierto al público los fines de semana, con entrada gratuita. Tras seis años de trabajos con escuelas taller, este edificio de 1741 permite conocer el funcionamiento de un molino de trigo y arroz, que conserva toda la estructura y maquinaria originales. Los más previsores incluso pueden concertar una visita guiada si llaman por teléfono al consistorio los días laborables „962636201„.

El propio paseo permite contemplar olmos negros centenarios y monumentales, que se conservan junto a algunos molinos, junto a olivos y moreras. «Es atractivo a nivel pasajístico e histórico y didáctico, sobre todo si se acude al molino de Quartell o a ver lavaderos como el de Faura, que está muy bien conservado. También es perfecto para conocer el patrimonio de Les Valls y su gastronomía», decía el ecologista Enric Amer sobre una ruta que transcurre entre naranjas o azahar, según la época del año, y un agua que hasta invita a mojarse un poco si el calor aprieta.

Compartir el artículo

stats