Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Reportaje

La vaca más rentable

Vicente Grimalt Monfort es el propietario de la compañía, en cuya gestión participan sus cuatro hijos que están al frente de la empresa. En la imagen, junto con empleados del almacén y centro logístico ubicado en Ondara. Fernando Bustamante

La expansión de la cadena alicantina de regalos, moda y complementos Ale-Hop, la de la visible vaca frisona ubicada en la entrada de las tiendas con cencerro incluido colgando del cuello „donde los turistas se detienen para hacerse fotografías„ parece que no tiene límites. La empresa familiar con cuartel general en Ondara ya suma 112 establecimientos (incluidas las 34 franquicias) y mantiene su expansión en España y Portugal, donde ha duplicado su presenta durante estos últimos años en los que ha sabido sortear la fatídica crisis económica de 2008 y el desplome del consumo.

Sin duda, el fundador de Ale-Hop, la marca comercial que explota la mercantil Clave Denia, no podría imaginar ese crecimiento hace algo más de dos décadas, cuando comenzó su aventura empresarial. En 1991, Vicent Grimalt Monfort, administrador único de Clave Denia, empezó la actividad de importación y venta a minoristas de productos de regalo, muebles y decoración en un pequeño inmueble que albergó una extinta fábrica de juguetes de la Marina Alta. En aquel sencillo emplazamiento de Dénia decidió destinar casi un millar de metros cuadrados que se explotaban bajo el nombre de Clave. Allí se vendían productos de cristalería, vajillas o muebles, entre otros productos. El comercio tuvo una gran éxito, con lo que el empresario alicantino quiso repetir esta tienda en otros lugares.

«Antes de empezar con la expansión, reflexionó, y se dio cuenta que todavía no estaba preparado para empezar con una cadena de tiendas, y menos con espacios de tantos metros cuadrados. Por eso decidió invertir su tiempo y esfuerzo a importar y vender a minoristas a través de representantes y exponiendo en ferias como el certamen Intergift», explica Darío Grimalt Monfort, directivo de la mercantil y representante de la segunda generación de la compañía junto con sus hermanos Pablo, Raúl y Sergio.

En el año 2000, con la incorporación de su hijo mayor al negocio, Pablo, decidieron abrir una pequeña tienda de poco más de cien metros cuadrados en la céntrica calle de la Paz de Valencia. Todo un éxito. Fue la primera tienda Ale-Hop, sirvió de laboratorio para construir los cimientos una cadena de tiendas que es hoy modélica y no para aumentar su red comercial. Como todo negocio, en los inicios fueron muy duros. Al principio se decidió abrir tiendas sin contar con la distancia: Salamanca , Torremolinos... «donde la gestión era muy complicapor la distancia», reconoce el directivo de la empresa. Se abrieron las tiendas de Calpe y Benidorm. «Esta última marcó un antes y un después dada su ubicación. Allí, un insistente empresario vasco se empecinó en que tenía que abrir una franquicia en el País Vasco, y después de mucho hablarlo se decidió y la puso en marcha. Por eso se ha crecido en aquel territorio.

«El año 2015 será nuestro mejor año de toda la historia y todo ello gracias al gran equipo que tenemos con personas muy involucradas y que creen en la empresa. Se va notando lentamente con la llegada también de más turistas cada año y con la recuperación de la confianza. Tenemos esperanzas que en 2016 vaya a más», añade Darío Grimalt. En 2014, la compañía cerró el ejercicio con una facturación de 45,3 millones de euros (lo que supone un incremento del 57 % respecto al año anterior). Entonces, logró un beneficio neto de 8,5 millones.

Compartir el artículo

stats