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Una nueva vía de progreso para la C. Valenciana

ras padecer un largo periodo de estancamiento y dolorosos ajustes, la Comunitat Valenciana ha tomado la senda de salida de la recesión y de creación de empleo. Muestras evidentes son la mejora de sus indicadores por encima de la media española —en el último trimestre el paro se ha reducido en 15.800 personas— y los pronósticos del ritmo de crecimiento. Ante este panorama se puede afirmar que las perspectivas de la economía valenciana son positivas, sin obviar el esfuerzo que ha hecho la sociedad valenciana y que aún sigue realizando. Nuestros principales retos se pueden concretar en tres: reducir la tasa de paro, aumentar la productividad y mejorar el capital humano. Con el objetivo de lograr la consolidación de un crecimiento económico más sostenible, basado en mayor medida en el capital humano y el conocimiento, pero apoyándonos en nuestras fortalezas tradicionales. Un nuevo crecimiento capaz de generar empleo de calidad y menos precario, más igualitario, sostenible socialmente y que asuma el equilibrio necesario respecto al medio ambiente, que permita su mantenimiento en el medio y largo plazo.Desde la Secretaría Autonómica de Economía, nuestra intención pasa por diseñar el futuro de la Comunitat Valenciana sobre una base sólida, equilibrada y sostenible, con la vista puesta en crear una estructura productiva asentada en sectores menos vulnerables a los cambios económicos y a la estacionalidad. En este cambio de modelo, junto a las tradicionales fortalezas industriales, del turismo, la agricultura o las energías verdes, la innovación debe desempeñar un papel importante para la economía valenciana ya que multiplica la riqueza, apuesta por la I+D y genera empleo de calidad. Nuestro tejido económico se fundamenta en unos cimientos muy sólidos para ser competitivo: carácter y experiencia emprendedora, tradicional y elevada apertura exterior, tradición y peso industrial, notable dotación de capital humano altamente cualificado, e importancia y calidad del turismo y del comercio valenciano. Dispone, además, de una red de infraestructuras de cierto nivel, que debe completarse con la construcción de nuevos accesos y vías que nos enlacen productivamente con el resto del mundo, como el corredor ferroviario mediterráneo. Una reivindicación reiterada por el Consell de Ximo Puig que mantiene todos sus esfuerzos en exigir al Ejecutivo central una financiación autonómica justa y acorde a las necesidades reales; que no discrimine a los valencianos y que permita el desarrollo económico y social con las mejores posibilidades. Pero para posicionarnos a la cabeza de economías nacionales más avanzadas necesitamos alcanzar una nueva trayectoria de crecimiento, en la que considero que es fundamental cambiar la forma en que se ha venido actuando por parte de la Administración y por parte de los agentes económicos, para adaptarnos al nuevo paradigma productivo.Una primera consideración en este sentido abunda en la inversión. Para crecer y competir en el escenario actual necesitamos volver a invertir y, es necesario, hacerlo en activos más productivos que en el pasado y que se apoyen en organizaciones más eficientes. En segundo lugar, supone un imperativo que las decisiones y estrategias sean fruto del diálogo entre las empresas, sus trabajadores, las instituciones, las administraciones y el sistema educativo, en especial las universidades que deben encajar como en un perfecto engranaje las titulaciones y los alumnos a las necesidades del tejido laboral. Sin el concurso de todos estos actores será muy difícil ser competitivos. Y en tercer lugar, hay que impulsar un salto en nuestra cultura empresarial, avanzando hacia el uso de opciones estratégicas más diversas y complejas, políticas de recursos humanos orientadas a la atracción de talento, mayor profesionalización de los cuadros directivos y una actitud más abierta al cambio.

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