Cuando lean ustedes estas líneas de opinión habrá concluido ya el año 2015 y habremos dado la bienvenida al 2016. Es hora por tanto de hacer balance y ver las perspectivas de lo que nos espera aunque podría ser que sucediera como el día de la marmota.
El año que acaba de finalizar es decepcionante sin duda alguna para los agricultores y ganadero y lo voy a razonar a continuación. La entrada en vigor de la nueva Política Agraria Comunitaria (PAC) ha conllevado un recorte de las ayudas, un caos en la gestión y un retraso en el cobro de las mismas. Se trata de una nueva PAC más compleja que la anterior y con menores ayudas que además no ha corregido tampoco los desequilibrios históricos en la distribución de ayudas ni ha priorizado en los agricultores y ganaderos que ejercen de manera activa y profesional la gestión de sus explotaciones. La puesta en marcha de la Ley de la Cadena Alimentaria no ha servido para mejorar la situación de precios de los productores y muchos de ellos se encuentran lejos de cubrir los costes de producción. La Unió ha seguido denunciando los abusos de la gran distribución con prácticas de vender a precios por debajo de un umbral mínimo que marca el propio Ministerio de Agricultura.
El veto ruso sigue provocando problemas en frutas y hortalizas o en sectores ganaderos como el porcino y las pocas ayudas compensatorias no llegan a los productores. Otro aspecto clave es el de la problemática de la sanidad vegetal cuya pasividad para afrontarla por parte de las autoridades europeas y españolas preocupa y mucho a los agricultores de la C. Valenciana. Adversidades climatológicas y potenciación de los seguros agrarios, nuevo Código Penal y robos en el campo, las continuas luchas políticas por el agua y algunos otros asuntos marcaron 2015 y seguirán marcando a falta de milagros también el 2016.
Estamos a la espera de ver cómo se conforma el nuevo Gobierno del Estado tras la pérdida de las mayorías absolutas. Lo mismo que pasó hace unos meses al frente de la Generalitat tras un pacto, el del Botánico, que tiene como consecuencia que dos partidos políticos, PSOE y Compromís, con el apoyo de Podemos, hayan concretado una entente agraria al frente de la Conselleria de Agricultura. Los primeros presupuestos agrarios del nuevo Gobierno autonómico no son nada ilusionantes aunque en descargo de los mismos y de sus gestores hay que señalar que se hicieron con premura y con un déficit heredado entre otras cosas por una financiación injusta para nuestra Comunitat sobre la que todos los que componemos la sociedad valenciana no hemos de dejar de reivindicar que se corrija. Se requiere un cambio de modelo productivo con el consenso del conjunto del sector. La Unió de Llauradors seguirá colaborando y proponiendo como siempre lo ha hecho. Estimados lectores que tengan un buen año y buenas cosechas con un precio digno.
