En estos momentos los profesionales del mundo de la empresa, más que nunca, tienen la obligación de gestionar el propósito, es decir, de saber qué hacer cuando nadie sabe qué hacer. Las competencias más demandadas a nivel mundial tienen que ver con el cociente de aprendizaje y este a su vez, con la agilidad mental, agilidad en los resultados, agilidad interpersonal y la conciencia de uno mismo. Estas competencias de liderazgo no son muy abundantes en la actualidad, sin embargo son muy necesarias. Por tanto, tenemos que ser estrategas, generalistas en todas las funciones empresariales y expertos en dirección de personas.
De ahí el auge en formación como los MBA Executive.Los empresarios intuyen el papel estratégico de las personas y saben que tienen que evolucionar hacía allí inevitablemente, pero como siempre, las ideas llegan antes que las acciones y algunos directivos llegaran a tiempo y otros no.Trabajar el liderazgo se ha convertido en una necesidad similar a la de hacer ejercicio para cuidar la salud. Si no lo hacemos, adquirimos malos hábitos que serán perjudiciales para la salud empresarial. Las grandes líneas a desarrollar tienen que ver con el líder como gestor de personas, de equipos y del cambio.Solo conociéndonos a nosotros mismos podremos comprender el comportamiento de otras personas.
Por ello, tenemos que ser cercanos para que sientan confianza para darnos su sincera opinión. Conócete a ti mismo estaba inscrito en la entrada del templo de Apolo en Delfos. Ser consciente de nuestros valores personales nos ayuda a comprender los valores organizativos y a que haya sintonía entre ellos. Conocer nuestras capacidades y creencias, tanto las que nos limitan como las que nos potencian nos permitirá crecer personal y profesionalmente.
De ahí el avance espectacular del coaching. Entender como se comporta el individuo cuando está solo o en grupo, la dinámica de los equipos y sus relaciones con otros equipos, hace que el desarrollo de habilidades personales como la comunicación y la gestión constructiva de conflictos a través de la negociación se conviertan en herramientas imprescindibles.Mejorar, incrementar, reestructurar,? son verbos de acción y como tal, requieren cambios.
Las personas hacen los cambios
Los cambios los introducen las personas y son los expertos en ellas, los que mejor pueden facilitar que estos sean posibles. Esto choca con la realidad actual del mundo empresarial, donde las actividades actuales son más operativas que estratégicas.No podemos olvidar que el cambio empieza por uno mismo. «Si quieres que una persona cambie, cambia tú», si cambias tú, tu equipo cambiará y si cambia tu equipo cambiará tu empresa.
También podemos influir, es decir, que podemos hacer para que los demás hagan. A título de ejemplo, si alguien quiere saber cómo persuadir a las personas de su alrededor o cómo motivarlas, es sencillo. Aquí están algunas recetas: la primera es el autoconvencimiento —si tú no lo estás, es muy difícil que puedas persuadir o motivar a nadie—. La segunda es la coherencia, cuando lo que dices, lo que haces y lo que sientes es lo mismo. Por desgracia, estamos asistiendo a muchos episodios en nuestra sociedad que no van en esa línea. La tercera es preguntar y escuchar, ellos te lo dirán. Así podríamos seguir hasta un sinfín de ellas.Estamos en tiempos de preguntas y no de respuestas. De cuestionarse más que de aceptar ideas preestablecidas, de generar nuevas ideas más que de anclarnos a ideas preconcebidas. Debemos ejercitar nuestra capacidad de preguntar y nuestra habilidad de conversar para explorar otros puntos de vista y poder superar miedos e inseguridades.
El conflicto es una realidad inherente a las relaciones personales, nace de las diferencias de opiniones, visiones y criterios; si éstas afectan a nuestros objetivos, el clima de colaboración es sustituido por uno de enfrentamiento. Por ello, debemos aprender a gestionarlo de una forma constructiva y positiva.
Y esto, incluye saber planificar, comunicar, manejar nuestras emociones,?Las emociones se contagian. Por ello, si el directivo pone pasión en su proyecto y transmite optimismo generará ilusión en sus empleados.
Valores como el respeto y el compromiso son vitales en un mundo global, y trasladarlos a conductas observables y por tanto evaluables y modificables se hacen necesarias, pues son nuestra imagen pública.
No existe nada mejor que invertir en personas, creer en ellas ayudándolas a desarrollarse nos ayudará a crecer y nos devolverá el esfuerzo con creces. Conscientes de la importancia y para profundizar en este tema, el próximo martes 9 de febrero, estaré en el campus de Valencia de ESIC Business&Marketing School, con la conferencia gratuita Gestión Constructiva de Conflictos como una de las actividades vinculadas al Máster Executive MBA, en su edición de febrero.
*Profesor de ESIC Business & Marketing School
