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Algo a tener muy en cuenta

L os agricultores siempre tenemos un ojo puesto en los cielos, con la preocupación de saber si la meteorología será una aliada que complementará nuestro esfuerzo y dedicación diarios o si, por el contrario, será una enemiga que echará a perder nuestras cosechas. Lamentablemente, en los últimos años, viene desempeñando con cada vez mayor frecuencia este segundo papel.

Próximamente debe publicarse la Orden ministerial por la que se reducen los índices de rendimiento neto aplicables en el método de estimación objetiva del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) „lo que popularmente conocemos como módulos„ para las actividades agrícolas y ganaderas afectadas por circunstancias excepcionales. Habida cuenta de ello, Cooperatives Agro-alimentàries de la Comunitat Valenciana ha elaborado un informe en el que detalla los casos en los que se debe entender que han concurrido circunstancias excepcionales que justifican una reducción en los mencionados índices, y el panorama no puede ser más desalentador.

Temperaturas extremas

Durante 2015 vivimos episodios de temperaturas extremas, ausencia de precipitaciones en la época otoñal y momentos puntuales de lluvias torrenciales o de heladas que han afectado a la totalidad de nuestros cultivos y de nuestras zonas productoras de una u otra forma. El delicado equilibrio de nuestra actividad se ha visto alterado por ello, con producciones que se han adelantado con respecto al calendario previsto, incrementos en los costes derivados de la actividad por la necesidad de más riegos o más materias activas, mermas en las producciones, alteraciones en los calibres y calidad? Un sinfín de complicaciones que se han acumulado a otras circunstancias coyunturales, como la persistencia del veto ruso, y que nuevamente amenazan con asfixiar a muchos agricultores, que podrían verse obligados a abandonar la actividad si las cosas no cambian de inmediato.

El Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas debe valorar no sólo las consecuencias directas, mesurables desde una perspectiva contable, si no también los efectos indirectos asociados. La sobreproducción que se ha producido en determinados periodos del año, por ejemplo, ha reducido los ingresos de los agricultores, que además no se han podido acoger a determinados mecanismos compensatorios por estar fuera de plazo para ello. Los efectos de estas circunstancias excepcionales van mucho más allá de lo que se ha perdido materialmente, afectando tanto o más a lo que no se ha perdido. Y eso es algo a tener muy en cuenta.

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