¿Qué aporta este libro en la búsqueda de soluciones para combatir el desempleo?
El libro va un poco más allá de las cifras sobre el paro que solemos escuchar, poniendo cara y dando voz a los propios parados. Muestra quiénes están detrás de los datos a través de casi noventa entrevistas en profundidad realizada a parados de doce ciudades españolas. Es una investigación que no hubiera sido posible sin la ayuda financiera, logística y humana de la Fundación 1º de Mayo.
¿Qué conclusiones ha sacado de esa relación directa con los desempleados?
El gran titular es que la mayoría de los parados lo pasan muy mal, sobre todo desde el punto de vista psicológico e independientemente de los problemas económicos. La OMS desde hace años reconoce que hay una relación estadística directa entre el paro y determinadas patologías tanto físicas como mentales, incluyendo el suicidio y el intento de suicidio. Hemos tenido ocasión de conocer situaciones muy duras. De algunas entrevistas el investigador salía verdaderamente afectado. Recuerdo un caso, afortunadamente excepcional, de un hombre de 38 años sumido en una depresión que acabó quemándose a lo bonzo para acceder a una prestación por minusvalía (la de paro ya se le había acabado). Y la consiguió.
¿Qué solución pueden tener situaciones como ésta que nos describe? ¿Qué se puede hacer para reducir las tasas del paro en nuestro país?
El paro es un problema complejo que responde a una diversidad de causas. Si seguimos con las mismas políticas económicas y sociales dentro de diez años continuaremos teniendo un nivel elevadísimo de desempleo. Desde hace décadas somos los «campeones» del paro de Europa, solo superados por Grecia. Pueden hacerse muchas cosas. Las políticas de empleo que se adoptan son necesarias, pero suelen tener en inconveniente de que solo surten efecto a medio y largo plazo. Yo lo que echo de menos tienen son las medidas directas, las que tienen efecto a corto plazo. Y la medida más efectiva es crear empleo, así de sencillo. Un Gobierno no puede obligar al sector privado a crear empleo, pero sí puede crearlo en el público.
¿Más funcionarios?
¿Por qué no? Es radicalmente falso que en España haya mucha gente en la nómina del Estado, todo lo contrario. En números redondos, sólo el 15 % el total del empleo es público, frente a más del 20 % e incluso del 25 % en esos países a los que queremos parecernos. Se puede crear un millón de empleos públicos, por ejemplo en una legislatura, sin que ello suponga ningún quebranto para las arcas públicas. ¿Cómo? Sencillamente subiendo la presión fiscal hasta la media de la Unión Europea-28.
