El presidente del Gobierno en funciones lleva meses proclamando el éxito de las reformas de su Gobierno en creación empleo. Los datos de esta legislatura son ciertamente positivos y son un balón de oxígeno para este Gobierno tan cuestionado en otros aspectos. Los datos de empleo fueron el eje principal de la campaña electoral del PP el 26-J, en que se prometía la creación de dos millones de nuevos empleos en los próximos cuatro años. Si nada lo impide, todo indica que llegaremos a unas terceras elecciones y que, de nuevo, el PP utilizará las cifras creación de empleo como eje principal de su campaña electoral.
¿Podemos calificar de éxito la evolución del mercado de trabajo? Y si es así, ¿Dónde se ha creado empleo? ¿Para quién se ha creado? Para responder a estas preguntas revisaremos los datos del segundo trimestre de la EPA de 2016 y los compararemos con los del 2012, año en el que comenzó su etapa el actual Gobierno en funciones. Desde 2012 hay medio millón de ocupados más (536 mil), un millón cien mil parados menos (1.093 mil), la tasa de paro se ha reducido en 4,2 puntos y un millón y medio más de afiliados a la Seguridad Social.
A la vista de estas cifras podríamos afirmar que la política económica del Gobierno y la reforma laboral ha sido un éxito, sin embargo, no es oro todo lo que reluce. En algunos aspectos hemos empeorado y en otros hay mucho camino por recorrer. En efecto, desde 2012 ha crecido el desempleo de larga duración, ahora hay casi dos millones de personas que llevan dos o más años buscando empleo (407 mil personas más que en 2012), la tasa de paro de los jóvenes entre 16 y 19 años es del 63,5%, existen casi 700 mil familias sin ningún ocupado y sin ningún perceptor de ingresos, el porcentaje de asalariados con contrato a tiempo parcial se ha duplicado y también ha aumentado notablemente la temporalidad de los asalariados. Analizando todos los datos en conjunto, hay razones para el optimismo del Gobierno, pero optimismo moderado, porque tras la cifra de empleo creado se esconden rasgos estructurales del mercado de trabajo muy negativos y, lo que es peor, tendencias poco alentadoras.
¿Dónde se ha creado el empleo? Si en la etapa de la crisis económica fue la construcción el sector con más destrucción de empleo (1,4 millones de empleos destruidos entre 2008 y 2013), en la recuperación es el Turismo el motor de crecimiento del empleo. En este sector se han creado casi 4 de cada 10 empleos (37%) generados en España tras la crisis (424,5 mil empleos desde 2013). Podríamos afirmar que gracias al Turismo el Gobierno en funciones puede mostrar estas cifras tan positivas de empleo para el conjunto de España. Un apunte, esta evolución positiva tuvo lugar siendo Ministro de Industria, Energía y Turismo una persona muy de actualidad por otros motivos: José Manuel Soria.
Pero el turismo es mucho más importante para el desempleo de lo que reflejan las cifras agregadas, y lo es porque puede ser la solución a corto plazo para los miles de desempleados españoles con bajo nivel de cualificación, personas con escasas salidas laborales en una sociedad en la que la formación es cada vez más importante en las empresas. Nadie duda de que es necesario un cambio en el modelo productivo, una reorientación de la actividad económica hacia actividades económicas más intensivas en conocimiento, actividades que generen empleo cualificado y de calidad para la gente formada, pero la cuestión es: ¿Qué solución se da a corto plazo a los millones de desempleados con escasa formación? La creación de empleo con escasos requerimientos de formación en las actividades que aglutina el sector Turismo puede ser la solución. No olvidemos que la mayoría del empleo generado en España desde 2013 corresponde a universitarios (39%) y solo el 9,6% para las personas menos formadas, justo lo contrario que en el Turismo, en donde el 34,4% del empleo generado es para las personas con menor nivel de formación.
Apostar por la formación es acertado a medio y largo plazo, pero el reto a corto es dar oportunidades laborales a esos 2,5 millones de desempleados con bajo nivel de formación y el Turismo se las está dando. Podemos considerar al Turismo como el balón de oxígeno para estos desempleados, pero también para este Gobierno, pues gracias él se ha creado empleo y sobre todo empleo a las personas que por su escaso nivel de formación lo tenían mucho más difícil. Esperemos que el próximo gobierno, del color político que sea, sepa reconocer las virtudes de este sector, tan importante en la C. Valenciana, apoyándolo con las políticas adecuadas.
