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La entrevista | Nuria Oliver

"No vamos a sobrevivir sin tecnología"

Nuria Oliver asegura que el avance tecnológico va a cambiar radicalmente la vida humana, pero no se atreve a hacer un pronóstico, porque se trata de cambios exponenciales que dificultan cualquier predicción concreta

Hasta hace dos meses y durante ocho años, la alicantina Nuria Oliver ha sido directora científica de Telefónica. Ingeniera en Telecomunicaciones y doctora por el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en la actualidad es Chief Data Scientist en DataPop Alliance, una coalición mundial en Big Data creada por el Harvard Humanitarian Initiative, MIT Media Lab y Overseas Development Institute, que reúne a investigadores, expertos y activistas para promover una revolución big data centrada en las personas. Oliver, que ha regresado a vivir a Alicante, prevé incorporarse el próximo enero a una multinacional cuya identidad no quiso revelar el pasado día 1, cuando intervino en Valencia en Connecting Plus, un congreso organizado por BPW Spain, en colaboración con la asociación valenciana de mujeres empresarias EVAP.

¿Cómo imagina que influirá en la vida cotidiana el avance tecnológico en el horizonte de diez años?

Radicalmente. La tecnología ya forma parte integral de nuestra vida. Desde que nos despertamos hasta que nos acostamos estamos interaccionando con tecnología. Lo que pasa es que los avances tecnológicos son exponenciales, de manera que nos cuesta poder predecir qué pasará en equis años. Hay fenómenos tecnológicos que están pasando y que probablemente van a tener un impacto muy profundo, como el desarrollo de la inteligencia artificial, que es amplísimo y va a impactar en el transporte, con coches sin conductores o con flotas de drones automáticos; en el contexto de la salud, donde vamos a poder tener medicina personalizada, predecir ciertas enfermedades antes de que presenten síntomas; en el contexto de la educación, donde también puede ser personalizada, etc. Por tanto, el impacto será muy profundo y es muy difícil saber dónde estaremos. Al mismo tiempo, nos enfrentamos a retos muy difíciles que no podremos resolver sin el apoyo de la tecnología. Por ejemplo, el cambio climático. Noviembre ha sido el mes más caluroso registrado en el planeta y los niveles de hielo en el Ártico han alcanzado mínimos históricos. La lucha contra el calentamiento global, la falta de recursos, el hacer sostenible al planeta, no lo vamos a poder alcanzar sin tecnología. No será la solución, pero sí parte de la solución. Es fundamental que aprovechemos todos los avances tecnológicos para acelerar la solución a los graves problemas con los que nos enfrentamos, porque si no igual no hay planeta dentro de diez años.

Aún así, ¿cómo visualiza los cambios que se producirán?

Hay tantos avances en tantos campos que es difícil imaginar cómo combinarlo todo, porque en el contexto, por decir un ejemplo, de la astrofísica ¿qué pasa si conseguimos tener fusión nuclear? Entonces se solucionarían todos los problemas energéticos porque tendríamos una fuente infinita de energía. Hay muchas tecnologías disruptivas. ¿Qué pasa si tenemos un ordenador cuántico que pueda llegar a ser utilizable por gran parte de la población? Pues todo el paradigma tecnológico que estamos utilizando ahora se vería totalmente alterado porque utilizaríamos otro tipo de informática. Hay ciertas tecnologías que tienen un potencial de irrumpir muy profundamente y no se sabe cuándo pero quizás un día lleguen, en diez, quince o veinte años. Lo que está claro es que cada vez vamos a tener una relación más íntima con la tecnología, que la tecnología va a seguir siendo más inteligente, que cada vez va a haber más decisiones que estén tomadas automáticamente por algoritmos, cada vez vamos a tener un mayor conocimiento de nosotros mismos, de nuestro cuerpo, de cómo invertimos nuestra vida.

¿Cuáles serán esas tecnologías más disruptivas?

La inteligencia artificial es una de ellas. Ahora se está viviendo la segunda o tercera época dorada de la inteligencia artificial. Se están alcanzando hitos que habían sido como el Santo Grial de la inteligencia artificial. Se tienen sistemas de reconocimiento de habla que cometen menos errores que los humanos. O sistemas de reconocimiento de objetos en imágenes que también. Sistemas de traducción simultánea. Ya hay asistentes médicos „sistemas de inteligencia artificial„ especializados en medicina que son capaces de interpretar millones de historiales médicos que ningún humano podría leer en su vida y relacionarlos con síntomas y tratamientos para optimizar la toma de decisiones. Lo mismo en el Derecho, donde pueden procesar toda la jurisprudencia, entenderla y asesorar en el contexto judicial. Cada vez más nuestra vida va a estar impregnada de sistemas de inteligencia artificial, que, de una manera invisible y autónoma, van a tomar decisiones y actuar.

¿Cómo se van a compaginar esos cambios con un mercado laboral en recesión?

Las profesiones siempre han desaparecido unas y han aparecido nuevas. Hay muchísimas profesiones que no existían hace diez años. Todos los temas relacionados con optimización, redes sociales, buscadores. Ahora son una parte importante de la economía. Es obvio que habrá profesiones que desaparecerán, sobre todo aquellas que gran parte del trabajo se puede automatizar, de la misma forma que ya no hay operadoras de telefonía. Al mismo tiempo, surgirán necesidades de profesiones nuevas y áreas de conocimiento nuevas que ahora no existen porque no hay la tecnología que permite ocupar a esas personas. Es una evolución que siempre ha pasado conforme se desarrolla la tecnología. Quizás la parte más vertiginosa ahora es que, como los fenómenos tecnológicos son exponenciales, el cambio puede llegar a ser muy rápido y el comportamiento social va más lento. Conseguir que una sociedad se adapte a los cambios tan rápidos es el reto. Por ejemplo, hacen falta cientos de miles de expertos en análisis de datos y en informática, que no hay y que las universidades no son capaces de producir tan rápidamente.

Da la sensación de que la humanidad circula a una velocidad excesiva en los avances tecnológicos. No digo un hombre del Renacimiento, desde luego, pero uno de finales del XIX, que no está tan lejos, apenas reconocería algo de su mundo en este futuro. A veces parece que no tenemos tiempo de asimilar la velocidad de los cambios. ¿Corremos el peligro del conductor suicida?

El pilar de la educación es muy importante. La tecnología avanza muy deprisa y quizás la sociedad no está adaptándose suficientemente rápido. En general, el ciudadano medio habla demasiado poco de tecnología, se conoce poco. A nivel educativo, lo que se enseña en los colegios no está adaptado a la realidad que ya viven los niños y que van a vivir cuando se graduen. Es fundamental que hagamos más divulgación científica y, por otra, que adaptemos los currículos para que se enseñe pensamiento computacional, para que se actualicen los contenidos y para que esos niños puedan no ser meros usuarios de tecnologías, sino creadores de tecnologías y puedan usarlas para resolver problemas. Hay un falso mito que dice que porque un niño ha nacido en una época en la que hay internet y tablets ese niño ya es un nativo digital y no es verdad. La tecnología hay que enseñarla.

Lo virtual sustituye cada vez más a lo real en las percepciones de la gente. La comunicación directa decae frente a la comodidad de las redes sociales. El uso de la memoria se está viendo absorbido por internet. ¿Vamos hacia una mayor idiotización de la sociedad?

Idealmente, no. Por eso he hablado de la educación. Creo que no tenemos que ser inocentes. Es fundamental que desarrollemos un espíritu crítico con respecto al uso de la tecnología. Gran parte de la tecnología que utilizamos en nuestro día a día, sobre todo las aplicaciones en el móvil, son servicios que están diseñados para ser adictivos, porque su manera de ganarse la vida es a través de nuestro tiempo, de nuestra atención y de nuestros clicks. Nadie debe ser inocente. No hay servicios gratis en internet. No es una ONG. Las empresas te ofrecen un servicio gratis a cambio de tu tiempo, tu atención y tus datos. Si no tomamos acciones para educar, corremos el riesgo de que haya una masa de gente que serán marionetas de esta tecnología. Por eso es fundamental comunicar, divulgar, educar. Los retos a los que nos enfrentamos no los vamos a poder resolver sin tecnología. No vamos a sobrevivir sin tecnología. Lo que tenemos que pensar es cómo aprovechar esa tecnología para mejorar el planeta. Y eso solo lo podemos hacer si conocemos la tecnología, si educamos, si hay más investigación e innovación tecnológica, si hay más gente que sabe cómo funciona. Hay mucha gente ahora mismo para la que la tecnología es magia, es como una caja negra. Creo que eso hay que cambiarlo. Hay riesgo de crear una gran brecha entre una élite que conoce y crea tecnología y una gran masa de gente que son usuarios ciegos de la misma.Eso es lo que hay que intentar cambiar.

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