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Pinchos Jovi

Ingeniería industrial y logística para elaborar pinchos

Ingeniería industrial y logística para elaborar pinchos

La fábrica de Pinchos Jovi en Llíria no tiene nada que envidiar a la cadena de montaje de Ford Almussafes en cuanto a innovación de maquinaria y logística. Maquinas adaptadas «ad hoc» a cada elaborado alimentario y un servicio que permite a este interproveedor de Mercadona servir pinchos de carne, flautas de jamón y queso o nuggets recién hechos a primera hora de la mañana y de la tarde. Como cualquier carnicería de barrio. Para ello, la empresa de los hermanos Miguel y José Baringo han reunido a un equipo de 230 personas que trabajan como si del ensamblaje de motores se tratara. Tienen hasta cuatro técnicos de innovación trabajando todos los días en la mejora del proceso de producción que les permiten que el 40 % de los productos tengan menos de tres años. «Son máquinas únicas para cada uno de los productos que realizamos», explica Miguel Baringo, director de producción del grupo y propietario. Sirvieron 2.800.000 bandejas al mes en 2016.

Pero esta empresa que dispone ya de una fábrica en la capital del Camp de Túria y otra en la Pobla de Vallbona empezó en 1974 en un bajo de Valencia y sirviendo a minoristas. Los progenitores de Miguel y José montaron la empresa de fabricación de pinchos de carne tras haber detectado que se vendían muy bien en los bares. Iniciaron la carrera con 2.000 pesetas y un 4L, el vehículo con el que realizaban el reparto. Así, mientras sus hijos crecían, fueron consolidando la compañía hasta que llegó 1999. Ese año, el padre de Miguel y José sufrió un infarto y se tuvo que dejar la empresa. José, que estaba en la universidad, tuvo que abandonar los estudios y coger las riendas de la empresa con tan solo 22 años. Ahora es el consejero delegado. Pocos años después entró su hermano Miguel.

En 2003 y tras años trabajando como proveedor de Mercadona llegó el momento clave. La firma de Juan Roig ofreció a esta pequeña empresa convertirse en interproveedor. Desde ese momento, el crecimiento ha sido exponencial, así como la diversificación de productos, siempre a la sombra de la primera empresa de la Comunitat Valenciana. Comenzaron así las ampliaciones de la nave de la fábrica de la Pobla de Vallbona. Ante la gran demanda y la innovación en nuevos productos, la compañía tuvo que abrir una nueva planta de Pinchos Jovi en Llíria.

Una casualidad les hizo en 2011 crear la empresa Delibreads. El éxito de las flautas de jamón y queso provocó que se especializaran en la producción de las tortitas de envoltorio. Acordaron con Mercadona, que no disponía de proveedor de este producto, en fabricarlas para la marca Hacendado. Nacía así la segunda firma del «holding», que en la actualidad tiene una planta en Llíria.

Pero sin duda la empresa que ha hecho dar el salto de calidad y volumen a este grupo empresarial valenciano ha sido Avinatur. En 2013 presentaron un proyecto para proveer de carne de pollo a la cadena de supermercados y entraron como interproveedores. Cuatro años después y más de 40 millones de inversión les permite trabajar con 200 granjas y facturan más de 170 millones al año. El grupo de la familia Baringo se ha convertido en un grande de la Comunitat Valenciana con 270 millones de facturación al año.

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