La Xylella fastidiosa la tenemos ya prácticamente al lado de casa, concretamente en las islas Baleares, donde fue detectada oficialmente el pasado año, aunque al parecer llevaba ya mucho tiempo por allí sin que se hubiese percibido su presencia. ¿Cómo pudo haber pasado eso? Pues porque en las islas no existen demasiados cultivos en comparación con otras zonas y así su equipo de sanidad vegetal es realmente reducido y también porque hasta hace unos años que apareció por Italia poco o nada conocíamos sobre la misma y mucho menos de su virulencia.
Se trata de una bacteria con gran potencial de daño económico para los cultivos mediterráneos. Se dispersa mediante vectores (insectos chupadores) y ataca a diversas plantas de gran viabilidad económica como el olivo, pero contrariamente a lo que se pueda pensar también ataca a la vid, al almendro, ciruelo, melocotonero, cítricos o plantas ornamentales, sin que existan actualmente métodos eficaces de curación. Por este motivo, en Italia y Francia solamente se ha podido actuar erradicando y quemando las plantas contaminadas y prohibiendo la circulación de plantas de las zonas afectadas. Fue detectada en primer lugar por lo que se refiere a la Unión Europea en Italia en 2013 donde ya ha causado la muerte de miles de olivos en el sur; después se expandió a Francia en 2015 con dos brotes en Córcega y la Costa Azul. Recientemente se detectó también en Alemania. Hasta su aparición en Baleares no había sido detectada en el Estado español.
Está claro es que hay que informar en primer lugar a los productores. Desde la Unió, junto a los responsables de Sanidad Vegetal de la Conselleria de Agricultura, del IVIA y de la UPV viene haciendo un gran esfuerzo por informar en las zonas de riesgo a los agricultores para que sean conocedores de la grave amenaza que corren sus explotaciones. Sin alarmismos, pero con transparencia hay que conocer toda la información. El pasado año estuvimos en la Jana, este jueves en Vallada, el martes que viene en Utiel y pronto en Alicante. Es importante que los productores conozcamos los síntomas y denunciemos inmediatamente cualquier anomalía que observemos en nuestra explotación, aunque con cierto conocimiento de causa. No se trata de crear falsas alarmas. Sin embargo, queremos reciprocidad y no disponemos por parte del Ministerio de Agricultura de información.
Así, hemos instado al Ministerio de Agricultura a que prevea una dotación económica suficiente para compensar una posible infestación de la bacteria de la Xylella en nuestro territorio. Y es que para conseguir una rápida erradicación de la plaga y evitar su avance hace falta la seguridad de una dotación económica adecuada que facilite la denuncia por parte de los productores que la detecten y que quede garantizada una indemnización correspondiente a los mismos. No, no tenemos la Xylella aquí, pero queremos prevenir antes que curar.
