Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las ventas citrícolas a China se triplican pese a las trabas

La sequía en Estados unidos y la creciente demanda de frutas entre la creciente población de clase media del gigante asiático incrementan las perspectivas de negocio de las empresas exportadoras españolas

Cargamento de cítricos en Castelló. Carmen Ripollés

Las autoridades de Tianjin, China, destruyeron hace ahora un año una partida de veinte toneladas de naranjas y limones de origen español debido a que no cumplían los estándares de inspección de calidad, según argumentó entonces la administración asiática. El Ejecutivo presidido por Xi Jinping justificó la decisión por el hecho de que los productos procedían de huertos no registrados (los certificados tampoco eran oficiales) y que parte del cargamento que entró en el país a través del puerto de la misma ciudad no estaba bien empaquetado, motivo por el que llegó en mal estado al gigante asiático.

Sin embargo, desde que en 2014 se reabriera de facto este destino a las naranjas y mandarinas españolas y durante las últimas tres campañas los envíos se han triplicado. La causa de este incremento hay que buscarla sobre todo en el mayor conocimiento de la oferta española. China es el primer productor del mundo aunque su producción no da para satisfacer la demanda de su mercado doméstico dominado por los productos procedentes de EE UU, cuyos envíos también están condicionados por un estricto protocolo fitosanitario.

Depurar responsabilidades

Según el Comité de Gestión de Cítricos, aquel incidente fue una «anécdota» que no debe enturbiar la buena marcha comercial y el estricto cumplimiento fitosanitario que marcan las autoridades chinas. De hecho el Ministerio de Agricultura que dirige Isabel García Tejerina depuró responsabilidades y confirmó que el operador que realizó aquella partida de agrios no estaba en el registro de exportadores autorizados para operar en este exigente mercado y que la fruta había sido reexpedida desde otro puerto del sudeste asiático.

Conviene no perder la perspectiva y situar este importante crecimiento en el contexto de que los países ajenos a la UE solo suponen menos del 10 % del conjunto de las exportaciones. A pesar del impulso de ventas a China, al mercado de la Unión Europea se dirigen el 93 % de las exportaciones de agrios españoles, pero las que se envían a países terceros son estratégicas porque en la medida que se desarrollan nuevos mercados se reduce la alta dependencia del mercado europeo y se obtienen mejores precios. Cuando se abrieron estas fronteras para el negocio naranjero valenciano, pionero en el acceso antes que otras frutas y hortalizas que han llegado posteriormente, en 2007 (de la mano del entonces ministro José Montilla) se habló de que a medio plazo se podrían exportar cientos de miles de toneladas. Sea como fuere, a la vuelta de una década del anuncio de aquella apertura el sector ha tenido que superar innumerables trabas logísticas, las derivadas de una intensa competencia e incluso las propias del cumplimiento de aquel acuerdo en materia fitosanitaria.

En el caso de China, sus autoridades agroalimentarias exigen registros de parcelas y operadores autorizados previos al arranque de cada campaña. Además, el sector exportador asume gastos de la visita de funcionarios asiáticos para supervisar el cumplimiento de los mencionados protocolos. Por otro lado, la fruta tiene que someterse al obligatorio tratamiento de frío durante la larga travesía vía marítima, que se prolonga unas tres semanas, para evitar la posible presencia de Ceratitis capitata (conocida como la mosca de la fruta). «Atendiendo al esfuerzo que realizan los operadores para consolidar esta plaza estratégica resulta lamentable la precariedad de recursos materiales y humanos del servicio de inspección de la administración española», advierten desde el Comité de Gestión de Cítricos para referirse a los controles portuarios que se realizan en origen. Lo que más se exportan son naranjas y en menor medida, mandarinas.

En busca de Japón e India

Las causas que explican el tirón de ventas a China son el incremento de las rentas de las clases medias de su población, la reducción de la oferta del principal proveedor (Estados Unidos) tras dos años seguidos de sequía, fundamentalmente en California, así como a los efectos en la producción local del temido Citrus greening (HLB o dragón amarillo), enfermedad que arrasa su cosecha. En lo que va de campaña, un tanto anómala durante su primera fase, el comercio exterior se ha visto poco afectada porque los daños del temporal se focalizaron en las clementinas. El sector considera estratégico para ahondar en esa diversificación y restar dependencia al mercado europeo que resulta clave renegociar protocolos de exportación a mercados terceros con gran potencial comercial y demográfico, como India y Japón. Otro mercado importante sería la reapertura de Rusia, cuyo veto por las tensiones políticas con la UE ya dura tres años.

Compartir el artículo

stats