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El informe

Cuando lo que importa es el envoltorio

Detrás de todo producto, concretamente alrededor de él, hay otro que lo protege y le da brillo

Cuando lo que importa es el envoltorio

Hay ocasiones en que importa más el continente que el contenido, la forma más que el fondo. Le ocurre al clúster valenciano del envase y el embalaje, el discreto sector encargado de poner bolsa, proteger con plástico y cartón o diseñar las propiedades del recipiente que acuna el valiosísimo negocio agroalimentario, industrial, cosmético, automovilístico o azulejero valenciano. Discreto, pero potente. Multinacionales con planta en la Comunitat Valenciana como DS Smith (Tecnicarton), grupos familiares con ambición de crecimiento como Hinojosa, empresas procedentes de otros sectores reorientadas al envase como la también juguetera de Ibi Miniland y un amplio abanico de pymes dan forma a un negocio bastante atomizado y formado por 450 empresas, con un volumen de facturación de en torno a 3.000 millones y unos 12.000 empleos en la autonomía.

Esas son las credenciales de esta industria auxiliar local, segunda de España por número de empresas y agitado al calor de los sectores valencianos más potentes. «La alimentación y la bebida tiran del sector con diferencia», explica Jesús Pérez, director del Clúster del Envase, una organización que agrupa a 60 de las empresas más potentes de la C. Valenciana y se define como un catalizador para «favorecer oportunidades de negocio en el sector, facilitar contactos y dar respuestas a las necesidades de las empresas valencianas».

? De Hinojasa a SP Berner, gigantes del cartón y el plástico. «El sector tiene en Valencia muy bien representados todos los materiales», añade Pérez. No le falta razón. El papel y el cartón, por ejemplo, el material más importante en España, tiene como protagonista pujante a Grupo Hinojosa, una firma familiar de Xàtiva en plena expansión, con una facturación global de 293 millones y más de mil empleados. La enseña que lidera Rubén Martínez Hinojosa es una de las cartoneras más importantes (aunque cuenta con negocio en otros materiales) y se halla en medio de un plan de expansión con adquisiciones como las instalaciones de la antigua Torraspapel en Sarrià del Ter (Girona), en 2014; o Industrias San Cayetano hace unos meses.

Obviamente, la presencia de las grandes cadenas de distribución como Mercadona y su vastísima red de proveedores se convierte en una fuerza tractora. Logifruit, la firma de alquiler de envase y de soluciones logísticas con sistemas de transporte, desde palets a cajas plegables, acaba de presentar unas cuentas con cerca de cien millones de facturación. El pool de paletas plásticas de Pedro Ballester, que cumple dos décadas, ha pasado desde 2012 de 70 a 98 millones de ventas.

Otras industrias como la cerámica y la naranja han impulsado el crecimiento de empresas de Castelló como Cartonajes la Plana. En el histórico eje juguetero, la inyección del plástico ha diversificado en un ejercicio de adaptación competitiva. Es el caso de la firma de Ibi Miniland, conocida por juguetes para bebés pero con una división de envases, como tarros para cosméticos. En València, destaca SP Berner, gigante en inyección de plásticos, que cuenta con firmas como Mercadona o Ikea en su cartera de clientes.

? I+D+i: envases que interactúan con el producto y el consumidor. En un sector tan amplio, tan trasversal como la propia economía y que trabaja para la treintena de negocios que usan el embalaje de forma intensiva y sirve a todas las empresas de la cadena de valor de un producto, la innovación es un factor clave: para atraer al consumidor, pero también para ahorrar costes logísticos y abaratar el producto en una guerra de precios y proliferación de marcas propias de las cadenas.

Además de la vocación innovadora de las empresas, la C. Valenciana cuenta en Paterna con un centro tecnológico de la red Redit que está realizando innovaciones para las empresas del sector desde diferentes líneas. «Nos estamos centrando en nuevos materiales sostenibles, como nuevos materiales bioplásticos, que proceden de fuentes renovables o biodegradables, como el ácido poliláctico (PLA), que procede del almidón del maíz o fécula de patata para hacer bandejas de carne», señalan. Como botón de muestra, Itene ha investigado un aditivo que refuerza las propiedades de esos envases, pero también trabaja en el campo de los «envases activos, los que ayudan al producto a alargar su vida útil». El centro ha desarrollado envases que incluyen sustancias naturales que se activan e interactúan con la carne roja y eleva dos o tres días su conservación; o un proyecto europeo para la cooperativa rural de Benaguasil, Carrefour y otras empresas alargando la vida útil de naranja y piña pelada.

Junto con los envases activos, la industria reclama una nueva línea de investigación, los «envases inteligentes», que interactúan no solo con el producto sino también con el consumidor. Itene ha diseñado una etiqueta que cambia de color en función del deterioro del producto, en este caso, sobre la carne de pollo, dando información al consumidor.

? Sostenibilidad y logística: reducir la contaminación y los costes. La I+D también se dirige hacia ámbitos como la sostenibilidad. La empresa de Tavernes de la Valldigna Mandriladora Alpesa acaba de lograr sacar la mercado un palet de cartón «que funciona» tras nueve años de investigación y desarrollo. Según señalan desde esta empresa familiar, la innovación, certificada con las mismas exigencias que un modelo de madera, consigue sostener 1.500 kilos y ha conseguido superar los problemas de arraste; reduce el impacto ambiental, tanto por el material como en el transporte por carretera, al reducir el peso del camión de forma considerable. Empresas como Porcelanosa, Anecoop o El Corte inglés ya trabajan con este modelo (Upalet).

La logística y la distribución es otro campo abonado a la innovación en un sector como el agroalimentario donde el coste es una variable fundamental de competitividad. Es famoso el caso de las botellas cuadradas de Mercadona para exprimir cada transporte. El centro tecnológico Itene tiene un laboratorio para simular los procesos de distribución y hacer test de estrés a los productos, sometiéndolos a las condiciones extremas que pueden soportar en un viaje en camión y comprobar cómo reaccionan a vibraciones, cambios de temperatura, humedad o velocidad. El sector se reinventa cada día ante las exigencias de competitividad.

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