Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Tralla

Sobre la cuota femenina

La mujer autónoma representa el 35,3% del total del número de autónomos en España y el porcentaje de mujeres en puestos directivos es del 37%. Yo no era partidaria de las cuotas en el mundo empresarial, de hecho no soy partidaria incondicionalmente de ellas. Pero me he dado cuenta de que es difícil corregir la situación de que haya una presencia mínima de mujeres en puestos directivos y puestos de representación empresarial si no se establecen cuotas. Eso sí, considero que de existir deberían de ser temporales y trabajar mientras tanto medidas paralelas.

Creo que las personas deben acceder a puestos de responsabilidad por «méritos» y no por una cuota, pero es cierto que aumenta el número de empresarias, y aumenta el número de mujeres en el mundo laboral, pero no aumentan en el mismo porcentaje las mujeres en puestos de representación empresarial, ni las mujeres en puestos directivos.

La discriminación positiva a través de cuotas está siendo clave para solucionar esta situación de desigualdad en otros países. Noruega fue el primer país en implantar la ley de cuotas y posteriormente han sido Francia, Bélgica, Italia, Holanda y Reino Unido. En España sólo se recomienda y, lo cierto es que, esta recomendación no ha servido de mucho, pues en las compañías cotizadas en bolsa no se ha llegado ni a un 14% de representación.

Sinceramente, creo que en nuestro país deberían tomarse unas medidas de conciliación laboral que permitan que tanto el hombre como la mujer estén en igualdad de condiciones a la hora de poder aceptar un puesto de alta responsabilidad. Estas medidas podrían pasar por estudiar los horarios laborales, contemplar la posibilidad del trabajo a distancia, etc€

Asimismo, creo que es necesario un cambio en nuestra cultura. Soy consciente de que es algo que no se consigue en poco tiempo, que requiere reflexiones y mesas de trabajo tanto en los ámbitos sociales como en los económicos. Pero es necesario educar en igualdad de oportunidades y de posibilidades laborales desde la infancia, es crucial que no se encasille a realizar determinados estudios o trabajos según el género.

Debemos eliminar las etiquetas sobre empleos de hombres y empleos de mujeres y trabajar en pro de la igualdad en todos los ámbitos de la empresa, tanto pública como privada. En cuanto a las medidas que se deberían acometer en las empresas privadas, considero importante generar la confianza en sí mismas en las mujeres, porque las trabajadoras y empresarias se deben creer que pueden alcanzar las metas que se propongan y no autolimitarse por el hecho de ser mujer.

Desde la dirección o propiedad de las empresas deberían concienciarse de que la promoción laboral de las mujeres es un hecho positivo y, es por este motivo por el cual, debe de tener la voluntad de trabajar para conseguirlo. Además, considero necesario el fijar criterios objetivos y claros en la selección de personal, a través de curriculums ciegos, y también en la promoción de personal con unos criterios que deben de ser públicos y compartidos.

Deben de existir indicadores de igualdad, que sean cuantificables, que ayuden a implicar a la empresa en conseguir esta meta, lograr que en los convenios colectivos y acuerdos sociales se hable de igualdad así como llevar a cabo una formación y sensibilidad sobre este asunto dentro de las organizaciones y otros ámbitos externos de la empresa.

Considero que la cultura de empresa debe de estar impregnada de la creencia de que es necesario trabajar en pro de la igualdad y se puedan hacer aportaciones desde toda la organización al respecto. Es cierto que aún hay mucho por hacer en la empresa, que es mi ámbito de actuación, pero estoy convencida de que, entre todos y todas, podremos conseguirlo.

Compartir el artículo

stats