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Logística marítima en la era 'millennial'

La empresa de Santiago Fernández Milestone Logistics busca un hueco en un sector, el transitario, muy tradicional. El trabajo en red y la digitalización explican el empuje de esta firma que quiere entrar en la Logística 4.0

Santiago Fernández, director general de Milestone. Eduardo Ripoll

Milestone tiene poco músculo pero cuenta con algo más valioso: las ideas claras. La logística marítima en València, defiende su director Santiago Fernández, «siempre ha sido un sector un poco obsoleto, con servicios básicos de transporte y poco más. La gente va intentando estructurar el proceso, dar valor añadido. Nosotros vamos un paso más allá e invertimos en tecnología, conocimiento, diagnosticar el mejor procedimiento para que logística sea efectiva». En un sector muy tradicional, la empresa busca adelantarse a un tiempo en que la toma de decisiones va a depender de los «millennial».

Santiago Fernández puso en marcha Milestone Logistics hace cuatro años, en plena crisis económica, y ha salido adelante hasta contar con con doce empleados y una facturación ya de 5,5 millones. Básicamente, se trata de un operador logístico de toda la vida: «Somos una empresa de servicios que cubre necesidades de importadores/exportadores respecto a sus mercancías», resume.

Su hecho diferencial, precisamente, consiste en querer salirse del patrón: desde su misma presencia física, cambiando el tradicional distrito marítimo de JJ Domine por el entorno de Mestalla, donde tiene su sede; hasta tratar de meter el sector en el big data y lo que defiende como Logística 4.0. El objetivo, navegando en un mercado de gigantes -desde las valencianas Operinter o Tiba, a los monstruos transatlánticos DHL o DSV-, es aportar servicios complementarios para captar clientes, ya sean empresas u otros intermediarios.

«La logística 4.0 está por llegar. Nosotros hemos sacado un producto, Milestone 360, que es un clúster con otras cuatro empresas para dar servicios globales. Donde no llegamos solos, podemos llegar los cuatro», explica Fernández. Esa alianza, integrada por Gesprolog, Aza Logistics, Alfipack y Mulem, busca llegar al cliente ofreciendo servicios especializados en cada eslabón del proceso logístico, desde la consultoría al transporte internacional, logística de almacén y soluciones de embalaje.

Esa especialización, el trabajo con sinergias y el networking (Milestone se ha apuntado hasta al clúster del envase y el embalaje) define la visión de Fernández. No es nuevo en esto. El vínculo con los puertos le viene por herencia casi genética. Su padre, un capitán coruñés de la Marina Mercante, puso pie a tierra en el Grao de València tras una vida en el mar. Eran los años 60. Le ofrecieron la dirección de una de las principales consignatarias del puerto, y de ahí pasó a hacerse cargo de la primera terminal de contenedores del puerto. Los buques empezaban a abandonar el transporte a granel y comenzaban a llegar los contenedores.

La mecha prendió en casa: uno de los hermanos entró en MSC, otro en Maersk, y Santiago en una naviera española. Tras varias empresas, hace ahora 20 años creó su propia transitaria. Emprendendor y con éxito. Se la compró una empresa catalana, y tras varios años con ellos, en 2012, decidió volver a partir de cero. Más experto, más visionario.

«En este mundo, cada vez está más cerca el momento en que sobrevivirán los muy grandes o los muy especializados. El sector tradicional transitario está bastante anquilosado pero despierta. Dejamos de ser prestadores de servicio para ser algo más. Y el que no se suba a este tren tendrá bastante perdido. Esto está llamado a ser tecnología de la información pura y dura. Queremos estar a lo que viene. Para la mayoría de las empresas este servicio es visto como es un coste, un mal necesario. Queremos cambiar esa visión y ser un eslabón más de la cadena del producto», reflexiona.

Así, la gran apuesta de esta firma está siendo la implementación de tecnología informática para poder hacer el seguimiento de la mercancía. Logística 4.0. Básicamente, consiste en exprimir la automatización que ya tienen los puertos, y enlazarse con las navieras: «Aportamos la trazabilidad, visibilidad, el control de mercancía, que el cliente tenga acceso directo desde la orden hasta que su producto llega a China. Eso se hace con un buen sistema informático».

Milestone está invirtiendo en informática. El próximo salto que prepara es entrar en el comercio electrónico, para «vender transporte» on line. «Es lo que viene. Dentro de un sector inmovilista, tradicional, concentrado incluso en un mismo lugar, queremos estar allí donde el futuro nos va a llevar», concluye.

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