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Los cultivos subtropicales llegan para quedarse

Motivos como el cambio climático o la búsqueda de una mayor rentabilidad están provocando que se desarrollen, por toda la geografía española, explotaciones en las que estas nuevas variedades frutales tienen cada vez más importancia

Los cultivos subtropicales llegan para quedarse

L a búsqueda de nuevas variedades en los cultivos tradicionales, así como la producción de frutas subtropicales, son algunas de las tendencias agrícolas que más se han desarrollado en los últimos años. Numerosas zonas de España están comenzando a emplear alternativas a los cultivos habituales y, aunque todavía son reducidas, poco a poco estas nuevas explotaciones están creciendo por toda la geografía española.

La Región de Murcia es una de las primeras autonomías que ha comenzado a implantar este tipo de cultivos. Como explica el director general de Innovación, Producciones y Mercados Agroalimentarios del gobierno murciano, Fulgencio Pérez, uno de las intenciones básicas de la apuesta por variedades subtropicales «es la lucha contra el cambio climático» y, por ello «aconsejamos a los agricultores que opten por nuevas variedades o nuevos cultivos, aunque son ellos los que tienen que ponerlos en marcha».

En la actualidad, entre las plantaciones foráneas que más se están introduciendo en el campo murciano como prueba, principalmente en el litoral, destacan el mango, la papaya, el aguacate, la chirimoya o la pitahaya. Estos frutales suman 61 hectáreas, la mayoría de ellas de reciente explotación.

Asimismo, entre las principales ventajas que se buscan con estos nuevos frutales está la de encontrar aquellas variedades que sean más resistentes a la falta de agua, así como las que mejor se puedan adaptar a según qué zonas y tipos de suelo. «Todos los proyectos tienen ese objetivo de resiliencia al cambio climático», enfatizan los dirigentes del Gobierno murciano.

Búsqueda de una mayor rentabilidad

Pese a la ventaja medioambiental, esta no es la única función que se ha buscado con la implantación de los cultivos subtropicales, ya que la búsqueda de una mayor rentabilidad económica es otro de los pilares en los que se está asentando esta nueva tendencia agrícola.

Como expresa el secretario general de La Unió de Llauradors, Ramón Mampel, en la Comunitat Valenciana, al igual que en Murcia, «se están empleando nuevas variedades» en las diferentes explotaciones frutales. Sin embargo, en el caso valenciano la principal razón para esta apuesta va más encaminada a «obtener una mayor rentabilidad, porque algunos de nuestros cultivos no la tienen». Para el dirigente valenciano «la Ribera es el ejemplo de que cultivos como el caqui, que hace unos años no era habitual, cada vez tienen más presencia entre nuestros cultivos».

En la misma línea se ha manifestado la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja), que reconoce que estos cultivos «se están abriendo paso» y siguen una tendencia «claramente emergente», aunque todavía «son muy reducidos», por lo que aún no tienen un gran impacto en la agricultura valenciana. «El granado entre 2015 y 2016 pasó de 4.264 hectáreas a 4.715, lo que supone un crecimiento del 10,5 %, mientras que en el caso del aguacate, en el mismo periodo, este cultivo aumentó un 26,6 % , pasando de 366 a 463 hectáreas», destaca la organización.

Las cifras valencianas muestran, por tanto, un incremento claro de las labores subtropicales, «una tendencia que va a ir a más», según indican en AVA. Por este motivo, fuentes de la asociación también resaltan que se está «investigando y experimentando en el laboratorio para encontrar que variedades se adaptan mejor al territorio», ya que «es mejor que nos equivoquemos nosotros y no los agricultores, que son los que no se lo pueden permitir».

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