A los 20 años, Pepa se sentía atrapada en un mundo en el que su máxima aspiración se reducía a trabajar en el ayuntamiento de su Alcàsser natal. A los 51, la empresaria puede decir que ha fet camí. Pepa Torres (Alcàsser, 1966) es hoy una de las figuras más relevantes en el perímetro logístico de Ford. La firma que dirige y de la que es propietaria, Walker Pack MPL (Walker´s), se dedica a gestionar parte de la cadena logística de Ford, su gran cliente. Es una tarea estresante y precisa: suministrar a la línea en secuencia; llevar las piezas al lugar adecuado en el momento oportuno para que ese monstruo que escupe casi dos mil coches al día no pierda ni un segundo.
Walker´s, al ritmo de Ford, va como un tiro. En pocos años ha multiplicado su tamaño por diez y hoy factura once millones. «Los años 2012, 2013 y 2014 no he visto el sol. He tenido jornadas de 24 horas», relata. Es una historia de éxito, pero también de sacrificio. Y de superación y audacia a raudales.
De jovencita, Pepa, hija de modista, comenzó a marcar su propio camino. Cuando todos estudiaban francés, ella y su hermano comenzaron con el inglés. Aquello marcaría su carrera. No pudo ir a la universidad. Se vio abocada a opositar para el ayuntamiento de su municipio. No logró plaza pero aquel proceso le facilitó la entrada a un nuevo proveedor de embalaje que llegaba al calor de Ford. La mujer que se rebelaba contra el rol laboral femenino que le dejaba un municipio de base agraria encontró su oportunidad.
Aquella empresa y dominar el inglés le abrieron las fronteras de Europa durante 18 años. «Me he criado en workshops de Ford en Daventry (Inglaterra) y Colonia (Alemania). Mi formación es fordiana», reconoce con orgullo. Aterrizaba en un mundo de hombres, en reuniones de 20 personas donde una, dos, cinco a lo sumo eran mujeres. Cuenta anécdotas vividas ya entrados los 2000, como que la confundieran con la camarera o la secretaria. La historia de siempre.
Otra mujer, precisamente, sería clave en su despegue como empresaria. En uno de esos talleres conoció a Mary Walker, otra industrial del universo logístico que rodea a Ford, al frente de la multinacional británica que lleva su nombre (WalkerPack MPL). «Mary creyó en mí y en mi potencial cuando me conoció». Pepa se convirtió en una especie de hija adoptiva para la industrial británica, cuyas descendientes no querían continuar con la empresa familiar. De hecho, cuando la valenciana decidió abandonar su empresa para cambiar de aires, fue Mary Walker quien la repescó para liderar su aterrizaje con una filial en Almussafes en 2005.
Ahí empieza la carrera frenética de la empresaria. Walker´s empezó a suministrar piezas a motores. El crecimiento de Ford Almussafes arrastraba también a sus proveedores y, en 2013, los ingleses dieron un paso atrás al comprobar que iban a necesitar mucha más inversión para seguir el ritmo. Allí apareció la audaz Torres. «Cuando quisieron vender yo dije que me la quedaría. Ford monitorizó la operación y mi satisfacción fue que dijo: ´Si se la queda Pepa, perfecto´». La fial británica pasaba a ser 100% valenciana.
Vinieron años de locura, con cuatro lanzamientos de coche y Almussafes engordando tras el cierre de la planta de Genk (Bélgica). En plena crisis, hacia 2011, Walker´s contaba con unos 40 empleados; hoy cuenta con 410 personas, después de haber tenido picos de 532. Las pruebas de selección se hacían los domingos, único día de descanso: 2.400 personas han pasado por su despacho.
Torres, que no para de resaltar el apoyo de su marido e hijos -uno ya en la empresa; otro estudiante de piano-, incide en el papel de la plantilla. «Sin saberlo, aprendí inteligencia emocional; es importante hacer cómplices del proyecto a los trabajadores del proyecto», sostiene la empresaria, que destaca el respaldo de la plantilla cuando pasó de directiva a propietaria. Walker´s también apuesta por la integración. El pasado año adquirió un centro especial de empleo. Cuenta con 125 trabajadores con alguna discapacidad, pero con la misma faena y el mismo salario, destaca.
La empresaria y su firma viven momentos de expansión. Acaba de adquirir una nave de 18.000 metros cuadrados junto a Ford en la que invierten más de cinco millones para centralizar su operativa a pocos metros de su gran cliente. «El objetivo es ser el mejor partner logístico de Ford València y estamos en el camino», asegura la valenciana.
Por el camino, se ha ido sacando la espina de no poder estudiar en su día. Se licenció en Relaciones Laborales y acaba de terminar un MBA. Cree en la formación: su equipo de ingenieros está en los cursos de EDEM.
«Coqueta d´arrop» para Linda Cash
Torres siente que su trabajo es reconocido. Una anécdota refleja la consideración que recibe. Y también la audacia de la empresaria. Hace un tiempo, en una visita a Colonia, se le ocurrió escribir directamente a Linda Cash, la número dos de Ford Europa, la mujer que manda, para decirle que estaba en la ciudad con su hijo. Cash la recibió. Torres aún alucinaba al regresar, pero más aún cuando las pasadas Fallas, en un viaje a Almussafes, la americana se plantó en su nave del parque de proveedores para devolverle «la visita de cortesía». Le ofreció una de las delicias locales, coqueta d´arrop, dice esta valencianohablante. Quizá sea una metáfora de su historia: profesionalidad y cercanía para ganarse un hueco como una de las mujeres que marca el ritmo del gigante en València.
