El pasado 17 de diciembre Levante EMV publicaba «Tierra de Clústeres», en el que se exponía cómo estas agrupaciones son una alternativa competitiva para nuestro tejido de pymes, pero se decía que patronales y expertos reclaman a la administración que cree nuevas estructuras que refuercen la política industrial. A los clústeres ligados a los sectores tradicionales se han unido otros vinculados a la biotecnología, energía, o emprendimiento, entre otros. Por nuestra parte desde la Federación de Polígonos de la C. Valenciana (Fepeval) llevamos años insistiendo en la conveniencia de reforzar la competitividad y todo tipo de sinergias empresariales desde el territorio compartido, incluso en zonas rotundamente multisectoriales.
Pese a generarse en los polígonos industriales el 53% del PIB, tradicionalmente han sido los grandes olvidados en los presupuestos de todas las administraciones, y la mala, o incluso nula, gestión de dichos pulmones de la economía ha supuesto un lastre para la competitividad de las empresas allí ubicadas.
Para paliar esta situación, en determinadas zonas industriales surgieron entes gestores, de carácter obligatorio o voluntario, cuya función ha sido dinamizar dichas áreas en muy diferentes aspectos. Esto ha supuesto a la larga un factor diferenciador en la competitividad de las empresas allí instaladas que se aprecia en cuestiones como el mantenimiento y conservación de las infraestructuras comunes, la organización de la seguridad privada o el fomento del trabajo en red: Networking, energía, gestión de residuos, formación transversal. También actuamos como interlocutores ante las administraciones y las grandes compañías distribuidoras (gas, electricidad, agua, telefonía) y somos miembros activos de patronales, cámaras de comercio, pactos territoriales por el empleo. En ocasiones la firma de convenios con administraciones locales permite encontrar fórmulas para incrementar los medios y acortar plazos para desarrollar actuaciones prioritarias. La búsqueda activa de subvenciones y participación en proyectos o el intercambio de buenas prácticas entre entes gestores afines son también acciones que se desarrollan buscando dar el máximo posible de servicios a nuestras empresas.
Así lo entiende la Generalitat, que tiene a punto la «Ley de Gestión y Modernización de Áreas Empresariales», que debería servir para consolidar y perfeccionar los entes gestores actualmente existentes, a la vez que sienta las bases para la creación y posterior impulso de las nuevas organizaciones que se irán constituyendo en el resto de áreas económicas que todavía carecen del mismo.
En ocasiones ha tenido que ser una desgracia, como el pavoroso incendio del pasado 8 de febrero en Fuente del Jarro, lo que ha hecho reaccionar a nuestros políticos y empezar a prometer nuevos planes de emergencias, mejoras en accesos, ampliación de las redes de hidratantes, etc. No es esa la forma en la que hay que trabajar.
Necesitamos órganos gestores de los parques que trabajen las 52 semanas del año por reivindicar mejoras, por implantar nuevos servicios, por crear mayores lazos entre nuestras empresas, por mejorar las condiciones de vida de los trabajadores, por tener mejor atendidas las infraestructuras y servicios comunes.
Fepeval empieza a ser llamado desde nuestra administración el «clúster de los polígonos». Da igual cómo se nos llame, lo importante es que las empresas estén cada vez mejor atendidas y esos servicios como mejor se prestan es desde la cercanía.
